Katherine G. Johnson (Taraji P. Henson) tenia que caminar –y casi correr- siempre que necesitaba ir al baño. Siendo una mujer negra en los Estados Unidos de comienzos de los años sesenta tenía que ceñirse a las reglas que contemplaban el uso de baños para “personas de color” y en su área de trabajo no había ninguno cerca para ella. Ser una científica brillante no le otorgó al comienzo de su carrera, un trato diferente al del resto de las personas de piel oscura en aquella época en que segregar era totalmente legal.
Las películas basadas en historias reales tienen siempre muchos elementos para atraer a la audiencia y mucho más sin son relatos excepcionales sobre pioneros en distintos ámbitos. Al parecer el tema ayuda mucho a que cintas de este tipo la tengan fácil con el público y quizás por ello la narración lineal de “Talentos ocultos” o “Hidden Figures” en su titulo en inglés, ha obtenido tantas buenas críticas y el aval del público.
La película recrea una época con esmerado detalle y hace un relato casi pormenorizado de los aportes de tres mujeres: Dorothy Vaughan (Octavia Spencer), Mary Jackson (Janelle Monáe) y la antes mencionada Katherine G. Johnson a la NASA y al ámbito de las ciencias en medio de un clima de conflictos sociales y segregación.
Esta cinta, que dura más de dos horas, puede hacerse tediosa en ocasiones, ya que se centra en exhibir en que se basó específicamente el aporte de estas mujeres. Con esmerado detalle, Theodore Melfi, recrea las faenas de trabajo de estas chicas y los sacrificios o esfuerzos que tuvieron que hacer para conquistar un lugar dentro de un ámbito que les estaba vedado de antemano.
La dirección y el guión están direccionados hacia un mismo norte y no dudan en llenar la pantalla de detalles que exponen el trabajo sostenido y la dificultad que implica ser el primero en una serie de circunstancias, donde tienes que probar a los otros, no sólo que vales para hacer un trabajo determinado, sino que no pueden estancarte o dejarte de lado por detalles tan insignificantes como tu color de piel.
La película es muy correcta y se ayuda recreando con videos e imágenes extraídos de la realidad, momentos históricos que le dan un contexto de verosimilitud a un relato de ficción que más que eso termina siendo un homenaje en clave cinematográfica a personajes de la realidad.
Todo esto tiene su valor, pero más allá de que la historia es real, la ambientación, la fotografía y las actuaciones son correctas, “Talentos ocultos” carece de emoción. Y quizás todo tiene que ver con que dura mucho tiempo o simplemente se empeñan en respaldar tan bien la veracidad de los hechos que la convierten en una película verosímil, pero fría, una crónica un tanto aburrida sobre una historia fascinante de tres mujeres admirables.
En esta cinta no hay diálogos que recordar, no hay ideas que nos golpeen después de terminar de verla, tan sólo –y no es que eso sea poco- es la recreación de una historia real que quizás es en sí misma un hecho relevante. Sin duda, la paciencia y el aguante, pero sobre todo el amor por su trabajo de estas tres mujeres consiste en sí mismo un motivo que hace de sus vidas una buena excusa para hacer una película.
No obstante, si la cinta falla en algo es precisamente en exponer con mayor énfasis las emociones de los personajes, la psicología de cada una de estas mujeres: en qué pensaban, cómo se sentían, sus ideas, los momentos de dudas, las emociones reales que hay detrás de toda historia. A diferencia de cintas biográficas como “El Huracán” (1999) dirigida por Norman Jewison o Malcolm X (1992) de Spike Lee, en esta cinta no hay detalles muy personales (aunque asistimos al matrimonio de una de estas mujeres, pero es un hecho que no pasa de ser nada más que una anécdota) ni emocionalidad que hagan que sus personajes sean mucho más cercanos.
“Talentos ocultos” es una cinta correcta, bien lograda, que permite acercarnos a un hecho histórico.
Aunque no emociona lo correcto del relato, destacan las buenas actuaciones de las actrices protagonistas, Kevin Costner, Kirsten Dunst y el recientemente ganador del Óscar. Mahershala Ali.
@luisauguetol