Esta cinta independiente cuenta la historia real de Brian Deneke, víctima de un crimen de odio en Estados Unidos
Brian Deneke vivía en Amarillo, Texas (USA) cuando fue asesinado por el simple hecho de ser quien era: un chico punk de 19 años.
En diciembre de 1997 junto a sus amigos participaba de proyectos artísticos y pasaba el tiempo como el resto de los jóvenes de su edad. Sin embargo, la discriminación y el odio social destruyeron una vida dejando múltiples consecuencias.
Esta historia la reconstruye Jameson Brooks en su cinta Bomb City (2017), una película independiente que está por estrenarse este año en el país.
El cine nos permite ver con mayor claridad situaciones que muchas veces pasan frente a nuestros ojos en la vida diaria sin que les prestemos atención.
Hace énfasis en el mundo que nos rodea para exponerlo con lupa y aumento.
Y aunque la realidad siempre supera a la ficción, algunas veces esto tiene resultados impactantes, que son además útiles, pues algunas historias necesitan ser contadas. Es el único modo de encontrar explicaciones, hacernos preguntas y evitar que vuelvan a repetirse.
En Texas, Brian (Dave Davis) trata de proteger lo que considera su identidad, sin hacerle daño a nadie. Pertenece a un movimiento de chicos punk que buscan expresarse a través de la forma en que se visten, la música que escuchan, sus hábitos y distracciones, sus amistades, las chicas que les gustan. Como todo colectivo de jóvenes tiene unos códigos, reglas y formas de comportarse.
En apariencia esto no debería ser un problema, a fin de cuentas se supone que existe la libertad, sobre todo en un país como Estados Unidos, que presume llevarla como estandarte.
Sin embargo, cuando la intolerancia es la norma y las convenciones de la sociedad se hacen presentes sin dar lugar al disentimiento, las consecuencias no pueden ser positivas.
Esto es lo que se trata de probar en la cinta biografía Bomb City, donde más allá de contar los hechos, se reflejan planteamientos que ponen en duda la versión oficial del crimen cometido contra Brian.
Desde que comienza, es muy útil para la cinta el uso de un narrador en off. En este sentido, el discurso de 1997 realizado por el cantante Marilyn Mason sobre la violencia, sirve para que el director exprese exactamente lo que quiere que veamos.
La película es una dura crítica contra el sistema que, no siempre, ejerce acciones impolutas.
La doble moral de la sociedad norteamericana, el rol de las autoridades en algunos casos y las razones que impulsan la segregación de sectores de la sociedad, son algunos temas que Brooks, quien también dirige la cinta, plantea para hacernos entender que muchas veces todo lo que brilla no es oro.
@luisauguetol