Llegó el 2018 y con él una gran expectativa de lo que sucederá este año en todos los aspectos, así como una gran esperanza que el país se recupere con prontitud de todo los desmanes al que ha sido sometido, así como los venezolanos hemos tenido que soportar cualquier calamidad que podamos imaginar.
Con la llegada del año nuevo, llegó el aumento del salario de los trabajadores, que si bien es cierto, con todo el ataque económico, la inflación y especulación, no alcanza para nada, es mejor que su tendencia sea hacia arriba y no lo contrario, osea hacia abajo, porque si no, entonces estuviéramos peor. Si lo imaginamos, nada bonito sería el panorama.
Otra sorpresa que nos dejó el año nuevo y el presidente Maduro, fue el anuncio de volver a colocar la modalidad de los Cestaticket, tipo talonarios, osea cupones o ticket de papel, como lo querían llamar, para el beneficio del bono alimentación.
¿Acaso haber quitado este tipo de instrumento y colocarlo de manera directa a la cuenta del trabajador, pudiendo disponer de su dinero sin intermediarios, no se había convertido en un logro para la clase trabajadora?
Según el presidente y el ministro para el proceso social para el trabajo, Néstor Ovalles, esta decisión es debido al contrabando de los billetes del nuevo cono monetario hacia Colombia. Con todo el respeto que se merece el presidente Maduro y el ministro, su justificación es tan absurda como la iguana que provocó el apagón unos años atrás.
Presidente, ministro, el contrabando de efectivo ocurre desde hace varios años y seguirá ocurriendo, mientras ustedes no tomen medidas más drásticas para evitar ese flagelo.
Con los Cestaticket, en cupones, talonarios, papel, tarjeta; seguirá la fiesta, el bochinche y volverán a renacer (cuando ya se les había caído el negocio) los vivarachos que se enriquecieron cobrando porcentajes para cambiar el saldo alimenticio en dinero contante y sonante, y que ahora con tan solo una transferencia joderán a más de uno, con un solo propósito, hacer ver que el único beneficiado con esta medida no es justamente el trabajador. Esa es parte de hacernos la guerra ¿no?
Seguirá el cobro de porcentajes con billetes o sin billetes. Ahora seguramente lo harán con transferencias, aunque al fin al cabo los mafiosos que consiguen el dinero en efectivo, son los que pondrán todo su empeño para ganar y hacer perder a los guevones.
Si la joya de la corona para el contrabando de la moneda venezolana era el billete de 100 bolívares, ¿por qué siguen prorrogando su uso? ¿Será porque ya no es el de mayor denominación, y por eso ya no le es apetecible a los contrabandistas? ¿Acaso no era evidente que el nuevo cono monetario sería objeto de contrabando?
Presidente, ministro, si la nueva y actual política pública del sistema bancario nacional es promover el uso del dinero electrónico, ¿por qué entonces “retroceder” al papel?
No quiere pensar que tal decisión en vez de beneficiar a los trabajadores, favorecerá a las empresas que administran los beneficios sociales de alimentación y a los encargados de emitir estos instrumentos tecnológicos-financieros, porque algo que no me cuadra es que, desde que quitaron estas modalidades, ¿qué entrada de dinero tenían estas empresas?
Otra cosa que me cuestiono y me causa curiosidad es: ¿les sale más económico a cualquier empresa, depositar el beneficio de alimentación directamente en cuenta del trabajador, que emitir un plástico o papel donde adicionalmente se debe pagar una comisión por tal servicio?
¿Por qué el bono “Niño Jesús” no se depositó directamente en la cuenta del beneficiado, tal y como se hizo con el bono ‘Navideño’? Ahora… ¿Qué ocurrió con eso? Solo uno que otro comercio lo aceptó ¿Y entonces? ¿La idea era que el pueblo disfrutará su beneficio o que ‘Valeven’ ganará por imprimir los papelitos? Presidente, ministro, no creo que ustedes sean tan ingenuos para creer que con esta decisión, ahora sí aparecerá el efectivo.
Los que contrabandean con nuestra moneda, no son precisamente los trabajadores. No hay nada más lejano a la realidad. No es precisamente la clase obrera o trabajadora, como quieren nombrarla, quien cuida nuestras fronteras y mucho menos el dinero en efectivo, porque ya ni eso hay en los propios bancos tanto públicos y privados.
¿Entonces? ¿Cómo es la cosa? ¿Pa’lante a pasos de vencedores, o pa’trás como el cangrejo?
DesdeLaPlaza.com/Rubén Scorche