“Big data: Macrodatos, datos masivos o datos a gran escala es una disciplina que se ocupa de todas las actividades relacionadas con los sistemas que manipulan grandes conjuntos de datos… La tendencia a manipular enormes cantidades de datos se debe a la necesidad, en muchos casos, de incluir dicha información para la creación de informes estadísticos y modelos predictivos utilizados en diversas materias, como los análisis de negocio, publicitarios, los datos de enfermedades infecciosas, el espionaje y seguimiento a la población, o la lucha contra el crimen organizado”
El presidente Nicolás Maduro ordenó el pasado 20 de enero la reorganización de la estructura y las bases del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), enfocándose principalmente en las herramientas que ofrece la comunicación digital en el siglo XXI. “Tenemos que dar un salto tremendo en la organización de la maquinaria política y electoral a todo nivel del partido (…) de la política, la comunicación y de cómo garantizar triunfos electorales en medio de unas condiciones de guerra que no van a cesar, se van a mantener”.
La comunicación sistémica (que cambió la transmisión de mensajes generales a un grupo de emisores heterogéneos, por mensajes dirigidos en canales precisos a grupos específicos, con posibilidad exacta de medir sus reacciones) es la norma de nuestra comunicación actual, ya no unidireccional (inicios de la TV) ni bidireccional (inicios de la interactividad, a finales del siglo pasado) sino multidireccional.
Esto lo entendió claramente uno de los mayores inversionistas de la campaña de Donald Trump para lograr su triunfo en las elecciones del año pasado en Estados Unidos: El multimillonario programador Robert Mercer (experto en inteligencia artificial, quien comenzó a trabajar en la IBM, pionera de la informática, desarrollando la semiótica y la semiología con el mensaje). Mercer es dueño de una plataforma de ultraderecha conocida como Breibart News Network el segundo portal político más seguido en Estados Unidos.
Mercer ya lo ha anunciado, tras su éxito en la promoción, no solo de la campaña de Trump, sino del movimiento ultraderechista por el BREXIT (que logró la separación de Gran Bretaña de la Unión Europea, con una campaña enfocada, principalmente, en los jóvenes y sus problemas, captados gracias a las redes sociales) ha anunciado que pretende imponer este tipo de comunicación para acabar con el Mainstream Media (canales de televisión y radio abiertos y por suscripción, táctica que explica la reacción de Trump contra CNN, que dista mucho de la lucha por la verdad que libró el Presidente Chávez contra dichos medios.
El Presidente Maduro invitó al principal partido político de Venezuela (PSUV) y al país en general a leer e internalizar la columna publicada en el sitio periodístico ‘cubadebate’, titulada: “Yo no construí la bomba, sólo demostré que existía”, que entre importantes revelaciones señala: «Todo aquel que no haya pasado los últimos cinco años viviendo en otro planeta estará ya familiarizado con el término Big Data. Big Data significa que todo lo que hacemos, ya sea online u offline, deja una huella digital. Cada compra que hacemos con nuestras tarjetas, cada búsqueda que hacemos en Google, cada sitio al que vamos con nuestro teléfono en el bolsillo, cada ‘me gusta’ es recolectado. Especialmente cada ‘me gusta’. Durante mucho tiempo, no estaba del todo claro qué uso podríamos darle a esta información, más allá de recibir anuncios de medicamentos para la presión sanguínea tras haber buscado en Google ‘reducir presión sanguínea’. Tampoco estaba claro si el Big Data pondría en peligro o beneficiaría a la raza humana. El 9 de Noviembre supimos la respuesta. La compañía detrás de la campaña online de Trump, así como la del Brexit, era una compañía de Big Data: Cambridge Analytica, cuyo CEO es Alexander Nix… Para entender el resultado de las elecciones -y lo que puede llegar a Europa en los próximos meses- tenemos que empezar con un extraño incidente en la Universidad de Cambridge en 2014, en el Centro de Psicometría de Michal Kosinski…”
Más tarde el Doctor Jorge Rodríguez, en su programa dedicado a la política, desde la óptica psiquiátrica junto con el periodista William Castillo (quien fue director de CONATEL) analizaron la raíz histórica, antes medida en papel, que originó esta forma digital de analizarnos, para luego caracterizarnos, y finalmente, controlarnos: La psicometría, disciplina de la psicología que se centra en medir los rasgos que conforman la personalidad, y que fue conformada en los años ochenta, cuando dos equipos de psicólogos demostraron que cada rasgo del ser humano se puede evaluar basándose en cinco dimensiones de la personalidad, conocidos como los Big Five:
- Disposición (¿Qué tan dispuesto estás a las nuevas experiencias?),
- Conciencia (¿Qué tan perfeccionista eres?)
- Extroversión (¿Qué tan sociable eres?),
- Amabilidad (¿Qué tan considerado y cooperativo eres?)
- Y neuroticismo (¿Te enfadas fácilmente?).
El Big Five se ha convertido en la técnica estándar de la psicometría. Pero durante mucho tiempo, el problema de esta técnica era la recolección de estos datos, ya que implicaban el relleno de un largo formulario muy personal. Pero llegó Internet. Y Facebook. Y Kosinski…»
Ahora bien, ¿Cómo Venezuela puede cumplir la misión encomendada por el presidente Nicolás Maduro para preservar nuestra democracia, nuestra Constitución, nuestras instituciones, nuestra Patria?: “El conocimiento sobre la llamada ‘Big data’ debe ser manejado por todos, para saber cómo actúa y bajo cuáles estrategias busca influir en las masas, y sobre todo en los sectores demográficos más jóvenes… Tenemos que hacer una estrategia integral para enfrentar la guerra global, no podemos seguir haciendo simple política tradicional en ningún campo”
Si entre los objetivos geopolíticos (multipolares) del Plan de la Patria está la desconexión con las potencias neocoloniales (donde la ‘Big data’ juega, como hemos leído, el rol principal) es necesaria, no solo compilar la data de nuestro pueblo, sino lograr, con la mayor experticia, la medición más avanzada de dichos datos, con la máxima seguridad, y con capacidad de neutralizar, a través de la comunicación sistémica, cualquier intento de controlar psicológicamente a Venezuela. Para esta labor de Patria consideramos tres vértices:
- Big data venezolana: Ya se está haciendo, el carnet de la Patria es el primer gran esfuerzo por lograr una sola base de datos por cada ciudadano, en un país donde el CNE, los bancos, el seguro social, y cientos de organismos, tienen datos dispersos, de todo tipo y sin control alguno. Esta gran base de datos permitirá conocer si los derechos que el estado provee, por mandato constitucional, están llegando a quien de verdad los necesita (incluyendo los derechos universales, de salud, y educación) y sobretodo, cuántos faltan por acceder a dichos derechos (por ejemplo, la Gran Misión Vivienda Venezuela, que busca garantizar la vivienda digna que la Constitución exige para cada ciudadano y ciudadana de Venezuela). Por supuesto, a través de esa única base de datos, se podrán detectar desviaciones y corrupción dentro de la Administración Pública, los proveedores privados, y, por supuesto, el nuevo sistema de distribución de alimentos y medicinas (el CLAP, que debe incluir producción de las comunidades que se organizan para recibirlo), controlado por el Estado, que acabe con las colas, la inflación inducida, y todos los efectos de la guerra económica con la que los factores de la vieja república de Venezuela buscan presionar al país por la vía del boicot al único sector que controlan: el económico.
- Centro Nacional de Psicometría: Para esto se requiere que, obtenida la data, el Instituto Nacional de Estadística pueda desarrollar, con la más avanzada tecnología y preparación científica, la clasificación de estos datos, que, una vez resueltas las demandas frecuentes de la población, avancen a responder el big five del que hablábamos anteriormente, en cada ciudadano, ciudadana, a través de la psicometría. A diferencia de los que buscan manejar la psicología de los ciudadanos, este trabajo psicométrico permitirá al estado resolver, no solo cantidad y calidad de los bienes y servicios que debe proveer o facilitar, sino desarrollar de modo planificado a la sociedad, blindándola contra toda manipulación, o forma de comunicación, enfocada en acabar con Venezuela y sus valores.
- Transmitir, sistémicamente, a la base de datos: Si se logra, a través del carnet de la Patria, que todas y todos los venezolanos enviemos nuestros datos por un solo carril al Estado, entonces, por ese mismo carril, el Estado puede transmitir información que despeje cualquier incertidumbre que crean, ante la ausencia de eficiencia en nuestra prensa oficial (como ocurrió con el desorden de no informar a tiempo que el SAIME tiene un servicio de agilización en la obtención del pasaporte, con un costo superior a la vía regular, que existe, como lo demuestran miles de pasaportes esperando para ser retirados lo que provocó que los medios de propaganda de la derecha plantearan que el organismo estaba amparando la gestoría y la corrupción), malestares y polémicas que distraen y no solucionan. Pero además, podemos aportar producción audiovisual, y contenidos multimedia, que contrarresten la distorsión de nuestros valores nacionales, con las que la gran mediática mundial está atacando a los países contrarios al decadente capitalismo. Días antes de esta información, el presidente Maduro ordenó a CONATEL conformar una comisión para estudiar contenidos en redes sociales con una razón tan clara como el manejo de la big data y la psicometría, para capturar el voto de los jóvenes: Manipular a nuestros niños y niñas: “En los teléfonos, computadoras, o tabletas, nuestros niños a esta hora están pegados recibiendo información que uno ni se imagina. Aquí hay un potencial enemigo de los valores para una sociedad mejor, se los digo por conocimiento de causa. En los últimos días uno ve a los muchachos dedicarle dos, tres horas a redes sociales como YouTube, donde les envían a sus cuentas vídeos de todo tipo. Yo alerto de la amenaza que pudiera ser eso para el desarrollo psíquico, moral y espiritual de nuestros niños. No estoy exagerando”
Ya comenzamos el proceso de informatizar al Estado, para romper el cerco de un país sin control, el siguiente paso es blindar nuestra ciudadanía colectiva, para que, organizada, trascienda las viejas formas de comunicación.