Nuestras intenciones frente a las pretensiones de los políticos
En la Democracia el pueblo gobierna mediante el voto. A través de él se expresa eligiendo a sus representantes y a quienes deciden: gobernantes. Y cada vez que esos representantes necesitan resolver alguna cuestión, se llama a referéndum o a un plebiscito, dirimiendo el problema con el voto popular. Pero ¿qué votamos cuando votamos?
Este domingo el pueblo de Venezuela vota, en un país violentado por la derecha y gobernado por la Izquierda, para la elección de asambleístas constituyentes. La derecha quiere impedir las elecciones mediante las guarimbas. Pero este movimiento, que nace como movilizador para expulsar a Maduro se transformó en una fuerza indomable y ciega que destruye. El gobierno dice que la reforma va asegurar la democracia y el bienestar del pueblo venezolano. La oposición dice que simplemente es para perpetuar en el poder la dictadura de Maduro. Entre medio de estas posturas se encuentra el pueblo venezolano bombardeado por los medios que están a favor de una u otra postura. Pero, ¿qué vota el venezolano, el ciudadano común que no es guarimba, ni es chavista? ¿Vota por las razones que dan los políticos? o ¿simplemente vota por una realidad que es la que el comprende y le toca vivir?
Hace mucho (1984) hubo un plebiscito en mi país. Para refrendar el tratado de Paz firmado con Chile por el conflicto por el canal de Beagle. Pero lo que se debatía, pasó a un segundo y tercer plano, primando muchos los intereses políticos partidarios, por parte de los medios y los políticos. Por suerte para el pueblo, ganó la paz por más del 70% de los votos. Pero la gente no votó por los dichos ni de los que estaban a favor del sí, ni de los que estaban a favor del no. La gente votó porque no quería más violencia.
En Venezuela la derecha no quiere que se vote. Dice que la asamblea no tendría que realizarse que es una burla. Los temas a tratar son muy importantes. La derecha dice que la única forma es derribando a Maduro, que terminó el diálogo. Hace mucho cometí el mismo error, criticaba la apatía de los centros de estudiantes de la Universidad (1983) y decía nada se puede hacer sólo sacar a éstos tipos. Tuve un gran amigo que me mostró el camino. Si querés cambiar algo, cámbialo desde adentro. Si no no estás cambiando, estás destruyendo. Ese año nos presentamos a elecciones y ganamos. Pudimos hacer muchas de las reformas que pretendíamos. Pero ¿cuál es el miedo de seguir este camino? Perder. Pero entonces, ¿no es que el pueblo es soberano? ¿No es que la mayoría manda? o ¿Simplemente la mayoría manda cuando a mí me gusta? La democracia tiene ésta única ventaja, poder elegir cada cierto y determinado tiempo. Alguna vez se puede ganar.
El 13 de agosto en mi país hay elecciones para legisladores. Existe una casi bipolaridad en las campañas. Por un lado el gobierno que hace hincapié en la corrupción. Por otro lado, la oposición en general que hace centro en el desastre económico en que se encuentra el país. Pero, ¿qué va a votar la gente? ¿Va a votar lo que pregonan los medios oficialistas? o ¿va a votar lo que pregonan los políticos de la oposición? o ¿va a votar por quien él entiende que se merece el voto, porque es el que le promete una vida más placida y tranquila? ¿Por qué vota el argentino medio? ¿Vota por lo que le indican o vota, en la intimidad del cuarto oscuro, por intereses más egoísta, como estar bien?
En fin ¿qué votamos cuando votamos? ¿Votamos lo que quieren los medios y los políticos o votamos por causas totalmente desconocidas e individuales?