Durante las campañas, previa a las elecciones, los políticos realizan miles de promesas en donde ofrecen paraísos infinitos, medidas que nos llevaran a vivir en Castillos de Cristal, aunque no haya una tierra en condiciones en donde construirlo.
Se acerca una elección, para ocupar el cargo que sea, y las campañas de los políticos que se presentan para ocupar los cargos, apelan cada vez más a un marketing publicitario que exponer en forma clara su posible accionar en economía, política, medio ambiente, salud, justicia y seguridad.
Pero eso no es lo importante, señalan los gurú de la política, lo importante es hacer que la gente los vote. Y para que la gente los vote, la gente no debe ver la realidad, se la debe ocultar en una nube de autoayuda, en una ficción que viene un futuro mejor. Que si los votan el cielo va ser azul, el sol brillará eternamente, porque juntos todos podemos.
Pero ninguno habla de la naturaleza, ninguno habla de medioambiente, todos construyen Castillos de Cristal en el aire. Mientras la tierra se inunda y los bosques se incendian, mientras la vida pasa por la soja y sus defoliantes, mientras la vida pasa por la minería a cielo abierto y el fraking, mientras la tierra es cada vez menos habitable. Los políticos se llenan la boca con ladrillos de cristal y arman un gran palacio en el cielo. Y el hombre vive en una tierra llena de venenos, inundaciones, incendios, comida chatarra y grandes ciudades donde la vida se hace cada vez menos mi vida y más ciudad.
Que el bienestar del ser humano no sea el malestar de la tierra, porque el malestar de la tierra tiene como consecuencia la muerte de la vida, incluido el ser humano.
Lenguas de fuego
cabalgan en los cerros,
pintando de rojo y negro-muerte
laderas verdes.
Avanzan inexorables,
animadas por una orquesta de vientos.
Tiemblan indefensos
los árboles y los matorrales,
sisean las lagartijas, reptan las víboras
por el peso de la maldición,
enfrentan a un anatema peor;
todos huyen, escapan como pueden,
porque saben del beso destructor.
Resplandores rojos anuncian
que la orgía de destrucción
no se ha terminado.
El viento baila con las lenguas de fuego,
en la fiesta que la estupidez humana ha creado