Durante el siglo pasado y el presente se realizaron luchas que dejaron una huella en la historia, cada una en mayor o menor medida trascendieron a su tiempo. Pero esa lucha tuvo hombres que se destacaron y en otras que no y, que fueron tapados por el peso de la misma de la historia.
El campesino, el caballo y el tren [1]
La guadaña que sesga el trigo
es la misma que a su vuelta
siega al centeno.
Como péndulo de reloj,
el tiempo es siembra y cosecha.
El mujik trabajaba
bajo la mirada de los kulaks.
Su única fiesta es el vodka
que le da calor y alegría,
después de trabajar
todo el día.
Un potro negro recorre la estepa,
mira a los campesinos y con alegría
pregona la llegada de nuevos días.
Su sangre de campesino, espesa,
fuerte golpea como martillo de fragua,
como molino movido por el agua.
En carrera furiosa se enfrenta al tren,
espuma en su boca marca la derrota.
En un vagón de progreso
el poeta ve al caballo moribundo,
su fe en el futuro
hace que sólo vea pasado.
El mañana es hoy, proclama.
Hasta que se dio cuenta
que el hoy es pasado.
Que las palabras nuevas
se hicieron viejas.
Que ni los campesinos ni los obreros
pensaban, mientras las tripas sonaban.
Y el tren se detuvo en la estepa,
ya no había maquinista ni pasajeros.
El campesino apoyado en la guadaña
que como péndulo de reloj
levanta las cosechas,
mira toda la escena
y negando con la cabeza,
levanta el vaso de vodka vacío
que ya no lo consuela.
En el año 1948 la ONU aprueba la creación del estado de Israel en forma arbitraria y sin consultar al estado Palestino que, aliado a los alemanes perdieron la guerra. Desde ese año fue anexando territorios por guerra o por ocupación pasiva de su pueblo dejando al estado Palestino dos pequeñas franjas de territorio sin agua. Desde ese momento la lucha del pueblo palestino fue desigual, piedras contra metralla.
Cuántas balas
¿Cuántas balas son necesarias
para formar un símbolo?
Y David que quizás está en los cielos,
se pregunta si la sangre palestina,
tan Semita como la de él,
puede rellenar una estrella.
Coronar una nación
sobre huesos de hermanos,
sobre odio y muerte.
Decir tantas palabras, inútiles.
Dar tantos gritos, inútiles.
Un niño está muriendo en Gaza
y mi poesía muere en Argentina.
En el año 2010 en Argentina los ferrocarriles estaban en manos de empresas privadas, las empresas conformaron el grupo Unidad de Gestión Operativa Ferroviaria de Emergencia que operaba las líneas de ferrocarriles en Buenos Aires. A su vez esta empresa terciarizaba servicios como los de limpieza y seguridad a otras empresas. Los empleados terciarizados en Octubre de ese año inician una protesta para ser pasados a planta permanente, frente a la oposición del gremio que ya tenía arreglos propios con la empresa. En la lucha hubo un enfrentamiento entre los terciarizados acompañados por partidos de izquierda, como el Partido Obrero y otros y la gente del sindicato. En la misma muere Mariano Ferreira.
Ronca la voz, pero no la bronca,
de tanto gritar por justicia,
de tanto pedir por solidaridad.
Cansado los pies, pero no el sentimiento,
de tantas marchas por un trabajo decente
por un sueldo que alcance la dignidad.
Tanta juventud, tanta fuerza, tanta ganas,
que no la pueden detener, no la pueden frenar
aunque caiga el cuerpo, el siempre estará,
aunque tire miles de balas el inmundo criminal,
Mariano, tu nombre será bandera que por siempre flameará.