Explotadores y explotados dejan de ser individuos humanos para convertirse en objetos que se intercambian en el mercado capitalista. Los explotadores, dueños de los medios de producción, determinan qué hacen, qué venden y a quiénes venden. Ellos establecen y ajustan al patrón monetario toda relación en la que, quienes no poseen medios de producción, no les queda otra opción sino la de vender su fuerza de trabajo, como nos comenta Iván Padilla Bravo.
En 1999 en Francia nace la revista Tiqqum, de la mano de un comité de redacción en la que estaban entre otros Julien Boudart, Fulvia Carnevale, Julien Coupat, Junuis Frey, Joël Gayraud, Stephan Hottner y Remy Ricordeau. La revista dejó de existir en el 2001 pero, con sólo dos números, influenció a toda una corriente de pensadores de izquierda y, dio fuerza a la Internacional Situacionista nacida en 1957, cuyo mayor exponente fue Guy Debord. Como escriben en el blog Traficantes de sueños, transcribiendo la contratapa de la edición en castellano de Acuarela Ediciones y Antonio Machado: “Fragmento a fragmento, Tiqqun dibuja el campo de batalla: nos lo hace ver. De qué modo un bolso, un culo, una sonrisa, un perfume, unas botas o unos bíceps pueden ser armas en una guerra. Librada entre nosotros y en el interior de cada uno. Una guerra contra el azar y los encuentros sin garantías, la belleza y la sensualidad singulares, el tiempo de toda duración, la violencia del abandono y la entrega. Contra el amor verdadero. (Para leer el texto click aquí).
Dentro de la misma línea también es el texto de Tiqqum, Hombres-maquina: modos de empleo (o instrucciones para el uso según traducción:
Según los Traficantes (véase cita anterior): es en él “donde Tiqqun desarrolla el análisis del biopoder contemporáneo: la reducción de la vida humana a simple carne que vigilar y gestionar según parámetros estandarizados de belleza, salud o placer.”
Ente el texto de Iván y los de Tiqqum hay una descripción de la misma realidad: El hombre se ha transformado en un elemento consumista y consumido. La Jovencita de Tiquum es compradora y comprada al mismo tiempo. En el texto de Iván hay una parte que dice: “los explotadores establecen y ajustan el patrón monetario”. El patrón monetario hace referencia a la medida de valor de un sistema monetario, es decir al respaldo que tiene la moneda y que le da valor. Pero no creo que Iván haga referencia al Patrón Oro, que es el más común o al Patrón Dólar, que es el más usado por todos los países. A lo que hace referencia, creo, es que la moneda pasa a ser un patrón que mide absolutamente todo. Como se usa la escala métrica para medir todo, la moneda pasó a ser el patrón por el cual desde el tiempo, trabajo, materia y todo lo que sea, incluida la Jovencita de Tiqqum compra y es comprada.
Los Explotadores pasan a dar el valor que vale tu vida, sería una síntesis de lo que pasa. Algunos románticos dirían que no, que siempre hay algo que no se puede comprar con dinero. Algún sarcástico diría sí, para todo lo demás existe Mastercard. Pero lamentablemente es así, la moneda pasó a ser el Patrón de medida Universal, desde que nuestro tiempo y nuestro trabajo se mide en ese valor, la vida, la salud, la diversión, un cuadro, un poema (sino no existirían los derechos de autor, derecho a qué, sino a ser reconocido. Reconocido para qué, para ser famoso y para que me paguen. Me paguen qué, plata obviamente, si no de qué vivo).
Pero en algo me separo un poco del análisis de Iván. Él hace referencia a Explotadores y Explotados. Dueto muy cierto en un mundo industrializado, pero no en un mundo consumista. Haya alguien que escaló un peldaño más y se puso arriba de los Explotadores, que pasaron a ser Dependientes y ese es el gran triunfo de cambistas y bancarios que en la revolución industrial permanecían un peldaños más abajo, genuflexos ante los poderosos industriales, Nobles, Guerreros y Emperadores. Ellos eran los Shylock que no les interesaba la libra de carne, les interesaba y les interesa que Antonio dependa de ellos. Hoy Shylock no pediría una libra de carne, hoy le daría otro préstamo, y otro, y otro, hasta que la vida de Antonio dependa completamente de la de Shylock.
Hoy el poder del capitalismo no reside en la Industria y sus Explotadores, sino los explotadores residen en oficinas donde manejan la moneda. Hoy los Explotadores te dominan con el sutil encanto del bienestar general y el dulce canto del consumismo que, como las sirenas que le cantaban a Odiseo: » …Detén tu nave y ven a escuchar nuestras voces. Después de deleitarse con ellas quienes las escucharon se van alegres conociendo muchas cosas que ignoraban, … sabemos cuanto sucede sobre la tierra fecunda».
Hoy podríamos decir, en coincidencia con Iván, que la publicidad son las sirenas que nos cantan: “Deja tu vida y tus verdaderas necesidades, ven, entra a los shopping de la estupidez humana y compra, compra, compra”. Es la única forma que se alimentan los verdaderos dueños del poder: El sistema financiero.