La estadística es la ciencia que utilizando un conjunto de datos numéricos describe una situación o infiere una probabilidad. Por su definición parece una ciencia exacta que no se equivoca. La estadística no se equivoca pero tampoco acierta, es la forma de decir mentiras verdaderas
En todos los medios de información podemos leer datos estadísticos, como si fueran verdades indiscutibles. Censos, índice de mortalidad infantil, los índices de pobreza, los índices de aumento de la canasta familiar, etc. Pero, ¿son tan indiscutibles? ¿La estadística es una ciencia exacta y que la situación que describe es tal cual? A mi opinión NO, ya que la estadística en la mayoría de los casos maneja cifras relativas y no absolutas.
No voy a escribir un tratado de estadística, no es el lugar para tratar teorías tan arduas ni tan llenas de formulas matemáticas y trigonométricas. Me voy a centrar el análisis de los universos que toman la estadística y los elementos que abarcan y, los datos promedio que esconden realidades que nadie quiere mostrar.
Si digo en este momento en mi casa en el escritorio hay dos personas (mi mujer y yo). De esos datos puedo inferir que, en este momento y en el escritorio de mi casa, el 50% de las personas son de sexo femenino y, ese es un dato exacto. Ahora bien, hay índices que no indican ni el lugar ni el momento. La mayoría de los índices poblacionales no son exactos, porque la cifra es variable segundo a segundo; además el censo poblacional se hace cada diez años (por lo menos en Argentina y en la ley, en la práctica no siempre) entre ese período de diez años los datos son proyecciones. Por lo tanto ya no tenemos un universo exacto del cual inferir, sino que tenemos un universo relativo.
Por lo que podemos decir que tenemos Universos Absolutos, casi siempre delimitados en un espacio-tiempo preciso y, con una cantidad exacta de componentes. Y tenemos Universos Relativos donde los datos no están o bien limitados por espacio-tiempo o las cifras no son exactas porque son cambiantes como la población.
Veamos algunos índices, por ejemplo el tan mentado índice de pobreza. Primero qué universo se toma, en qué lugares y en qué momento. Normalmente nunca se aclaran o nunca se dicen. Segundo, habría que ver que se entiende por pobreza. La definición más popular es la escasez de lo necesario para vivir. Pero, ¿cómo se cuantifica lo que se necesita para vivir? tomemos Argentina como ejemplo y podemos decir que se mide MAL. ¿Por qué? Porque se utiliza parámetros urbanos para medir a todo un país. Ejemplo, los elementos de la canasta alimenticia básica, sin tener en cuenta que las zonas rurales la mayoría de los alimentos son producidos por la misma familia, en huertas y animales de granja. Otro elemento serían los parámetros de servicios para el bienestar como cloacas, gas natural, agua corriente. También evidentemente parámetros urbanos, ni que decir que en zonas rurales son inmedibles, sino por ejemplo el sistema de cloaca en zona montañosa es un sistema costosísimo e impracticable. Tampoco es lógico medir el nivel de pobreza por el nivel de ingresos en dinero, eso sirve para zonas urbanas pero, no para zonas rurales, donde muchos de los miembros de la familia trabajan en granjas propias.
También es discutible cómo se obtiene la canasta familiar básica, basta ir a un supermercado para darnos cuenta que por ejemplo, fideos secos tenemos de distinta calidad y de distinta marcas y obviamente, de distintos precios. Si se hace un promedio entre calidad y precio, nos da una idea pero no es exacto el dato como para después utilizarlo en un índice de pobreza. Se pueden hacer miles de combinaciones distintas y sacar miles de promedios distintos, de acuerdo a calidad y precio o variedades. Por lo tanto el Universo de elementos de la canasta familiar básica es absolutamente relativo.
Bien como vimos en éstos ejemplos breves, la estadística dista mucho de ser una ciencia exacta.
Los estadistas lo resuelven con inferencias desde el muestreo. O sea al tomar un universo relativo infieren que a partir de esa muestra en una población mayor se puede dar en proporción los mismos parámetros. Lo que da muchísimos errores, que en ciencias como sociología o medicina no cuestan una teoría sino lamentablemente, a veces, vidas humanas.
Por lo que podemos decir que si bien las estadísticas no mienten, tampoco dicen la verdad. Las encuestas en las últimas elecciones en Argentina, los “boca de urna” y las encuestas realizadas en EEUU en las últimas elecciones nos dan la pauta que no es tan así. Simplemente indican una parcialización de la realidad, que no podemos ni debemos tomarlo como algo exacto, salvo que sean otras las intenciones, entonces la pregunta que nos queda, ¿es válido dirigir la recolección de datos para justificar una idea? Es más podemos preguntarnos ¿es válido usar las estadísticas para justificar nuestras acciones o futuras acciones?
Por eso cuando se lean o se escuchen índices estadísticos piensen que no todo es verdad, que no todo es mentira.