Por: Nito Biassi
En un reportaje concedido a un portal, el presidente Macri hizo comentarios sobre la tarea de los militares durante el golpe de Estado. Primero dijo “guerra sucia” y después que no le interesaba discutir el número de desaparecidos, que no es lo importante. No es un error ni un acto de ignorancia. Es totalmente intencional. La derecha no tolera que se castigue a los militares por algo que la misma derecha como sociedad quería. Por eso, en el gobierno y en algunos medios se volvió a hablar de “guerra sucia” y “teoría de los dos demonios”
En 1970 en Argentina, como en el resto de Latinoamérica y del mundo, el ejemplo de Cuba se hizo eco. Guerrillas de izquierda querían llevar la Revolución Cubana al resto del mundo. En Uruguay fueron los Tupac Amaru, en Argentina ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo) Montoneros; en Italia las Brigadas Rojas y así en todo el mundo. En Chile el M.I.R. (Movimiento de Izquierda Revolucionaria) actuó en forma ilegal, hasta que en 1971, con Salvador Allende en el gobierno, dejan la clandestinidad y forman una fuerza política.
En Argentina en el año 1973, el general de facto Agustín Lanusse convoca a elecciones. Con la proscripción de Perón, la fuerza que el conducía se presenta con la formula Cámpora – Solano Lima y bajo el lema: “Cámpora al gobierno Perón al poder” arrasan con las elecciones. Este gobierno dura poco, atrás de la sombra de Perón ya se escondía el verdadero poder que iba a gobernar los próximos años: López Rega, conocido como “el brujo”. Por iniciativa de éste, renuncia el Presidente, el Vicepresidente y el Presidente de la Cámara de Diputados, quedando como única autoridad Raúl Lastiri, yerno de López Rega.
Lastiri, como Presidente interino convoca a elecciones y gana la fórmula Perón – Perón, López Rega asume como Comisario General de la Policía Federal y Ministro de Bienestar Social, el primer cargo lo mantuvo hasta el golpe militar, el segundo lo cambia por Ministro de Relaciones Exteriores Plenipotenciario. Fue él quien en 1974 y al amparo del Ministerio crea el grupo para militar conocido como la triple A (Alianza Anticomunista Argentina) que actuó como un ejército más con la complicidad del gobierno y el apoyo de de las Fuerzas Armadas.
Desde principios de la década, el ERP se había instalado en el monte de la provincia de Tucumán con un grupo guerrillero que quería realizar un foco para que la revolución se expanda por el resto del país. Este fue un nuevo intento, ya que a principios de los ’60 el periodista Jorge Masseti había formado el Ejército Guerrillero del Pueblo, que fue derrotado en 1964.
En 1975 el gobierno de Isabel de Perón con el beneplácito de López Rega ordenan el Operativo Independencia. No sólo fue un operativo militar, sino además fue cultural y social. Se quería destruir a la izquierda y para ello contaron con el importante apoyo de las altas clases sociales y de sectores de la iglesia que veían en la izquierda al demonio, que venía a destruir la forma de vida católica, occidental y cristiana.
A fines de ese año asume como Jefe del Operativo el General Bussi, quien se hace cargo también del gobierno. El 24 de marzo estalla el golpe de Estado. Con el apoyo de esa parte de la sociedad y de los EEUU que realizó un escudo anticomunista en Latinoamérica llamado Plan Cóndor. Conjuntamente se concretaron, en un periodo corto de tiempo, golpes de Estado en todos los países del Cono Sur. A fines de ese año, el general Bussi da por terminado el operativo Independencia con la derrota de la guerrilla.
En ese año el gobierno militar instauró el rumor de que la guerrilla había solicitado a la ONU el reconocimiento de una zona de conflicto, hecho nunca confirmado pero que le permitió al gobierno plantear la zona como una sedición y poder instalar el tema como una guerra. Nunca pasó eso, la guerrilla quería instaurar un nuevo gobierno, no separarse del país. Nunca hubo una guerra declarada y en ningún país que actuó la guerrilla se tomó de esa manera. El caso emblemático es Italia; la derrota de las Brigadas Rojas terminó con un juicio histórico, donde la guerrilla fue juzgada y condenada.
Eso nunca pasó en Argentina. El gobierno, a pesar de que contaba con todo el poder, jamás actuó bajo la ley. Se implementó la figura de desaparecido y se realizaron cientos de fusilamientos ilegales. No fue una guerra sucia, fue el exterminio de tres generaciones de políticos. Así lo había explicitado el general Massera en una reunión en privado. Por eso el apropiamiento ilegal de los niños nacidos en cautiverios y entregados a familias con pensamientos acordes a la ideología Occidental y Cristiana.
Nadie puede negar que hubo fusilamientos, algunos hechos fueron juzgados durante el mismo proceso militar. En la causa 13/84 se juzgan 700 casos de fusilamientos y se nombra una lista de desaparecidos entre 1976-1982. La causa trece se puede leer en http://www.derechos.org/nizkor/arg/causa13/. Ésa fue la primera vez que se juzgaba a los militares, pero en período militar. En 1985 durante el gobierno democrático de Raúl Alfonsín se juzgo de nuevo a las Juntas y se declaró nula la teoría de la “guerra sucia”. Aunque el presidente actual parece no conocerlo. Acá dejo uno de los hechos juzgados en la causa 13/84:
“Está probado que el cadáver de una persona del sexo femenino, junto con otros 29, fue hallado el día 20 de agosto de 1976, en un paraje denominado «Fátima», cercano a la localidad de Pilar, Provincia de Buenos Aires, atado de manos, vendados los ojos, con una herida de bala producida por un arma de fuego calibre 45, con orificio de entrada en zona frontal media y salida en zona occipital media, con plano de incidencia recto, de arriba hacia abajo.
Ello surge del acta testimoniada a fs. 25/27, certificado de defunción obrante a fs. 51, en el cual consta que vestía camisa blanca, pullover gris. pantalón a cuadros marrón, bombacha clara, corpiño blanco, y de la peritación de fs. 43/46, que la describe como a una persona de cabellos rubios, ojos claros, nariz recta, talla l,60m., entre 28 y 30 años de edad, y que concluye ademas que el disparo fue efectuado a más de un metro de distancia, ocasionando el deceso junto con la posterior explosión, y que no se evidencian vestigios de defensa o resistencia por parte de la víctima.(Ver causa 19.581 ya citada).
También está probado que la muerte de la víctima fue resultado del accionar de un grupo de más de tres personas que estaba integrado por personal de las fuerzas armadas o de seguridad, que dependían operacionalmente del Primer Cuerpo de Ejército, que actuó sin correr riesgo alguno frente a la total indefensión de aquella.
Para tal conclusión ha de remitirse a los fundamentos ya vertidos al tratar el caso Nº 42 de Inés Nocetti.
Por último, surge de autos, que el hecho que damnificó a N.N. Femenino fue desarrollado de acuerdo al proceder descripto en la cuestión de hecho nº 146.” [1]
Treinta personas,
indefensas, ciegas,
que no sabían dónde estaban..
El traqueteo del camión
por caminos secundarios,
el miedo en la panza
que le aprieta y desgarra.
Las manos apretadas como garras
para que no se escape el grito
que ahoga las gargantas.
Y los ojos a oscuras
tras esa tela mugrienta que aprieta,
y les presiente la muerte negra
que al final del camino les espera.
Treinta personas que tristemente,
aunque con sorna y burla,
llamaban de la RAF (Royal Aire Force).
El camión se detiene,
treinta cuerpos son arrastrados,
algunos pueden estar de pie,
otros están arrodillados.
Treinta disparos,
de 9 mm o de 45,
por el occipital o el parietal,
60 manos atadas indefensas atrás o adelante,
y el odio y la soberbia de creerse Dios,
dueño de la verdad y de la vida,
que dispara treinta veces.
Los cuerpos quedan allí tirados.
A la Virgen le desgarraron el himen
con treinta cadáveres en descomposición,
aquellos mismos que la adoraban con devoción