Ver las noticias del mundo nos lleva a pensar que, hay personas que una vez muertas tienen más espacio en los medios y más repudio que otras apenas mencionadas. En el año 2015 hubo un atentado a la revista Charlie Hebdo, que hizo que el mundo reaccionara bajo el grito de “Je suis Charlie” o “Todos somos Charlie”. Manifestaciones con políticos y miles de personas repudiaron las muertes. Ese mismo año 147 estudiantes fueron masacrados en un atentado en una Universidad Católica de Kenia. La mayoría del mundo no se enteró.
Hay personas muertas que son más conocidas que aún cuando estaban con vida. Hay personas que siguen ocultas aún cuando hayan muerto en forma atroz. ¿La sociedad le da más valor a algunas muertes, y por lo tanto, son más dignas de nuestro repudio, de nuestra piedad? ¿Las personas valen más o menos y por eso después de muertos siguen valiendo más o menos? ¿Qué no le da valor a una persona, para que su muerte pase inadvertida? ¿Qué hace que haya personas que sean más importantes que miles de muertos? Estado Unidos justificó tirar las bombas atómicas, sobre Hiroshima y Nagasaky, diciendo que evitaba años de guerra y miles de muertes, principalmente norteamericanas. ¿Acaso las personas que murieron por las bombas eran menos personas que las que supuestamente iban a morir?
Los hongos
no tienen flores.
Cuántos muertos
pueden justificar
tantas muertes.
Hongos para justificar
el fin de una guerra,
millones de flores
que no justifican
muertes inútiles.
¿Tus muertos
valen más que los míos?
Los atentados en el mundo se suceden uno tras otro pero, en el diario ocupan más páginas los atentados en países desarrollados. Los muertos de la guerra en Siria o de la guerra civil en Irán sólo merecen pequeños recuadros de la prensa. El atentado cometido por un demente en una discoteca, elevó las voces del mundo. Los miles de muertos en el Mediterráneo que buscan refugio en Europa, sólo causó un debate sobre abrir o cerrar las fronteras.
Los fenómenos naturales causan miles de muertos pero, en esto también hay muertos y muertos. El último gran tornado Matthew dejó en Haití más de 800 muertos y secuelas como cólera y falta de comida y agua que, a posterior elevarán más el número de muertos. En Miami no hubo grandes estragos, así y todo el paso del huracán fue tapa en todos los diarios más importantes del mundo.
Artículo 1
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Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.
Así proclama la Carta de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. “Todos nacemos libres e iguales en dignidad y derechos”. Nada más alejado de la realidad. La carta o declaración de derechos humanos de ONU marca a ciencia cierta lo que es ese organismo internacional. Un conjunto de personas bien intencionadas pero sin ningún valor real en la práctica.
En la práctica, las personas tienen categorías de acuerdo al país que nacen o al color de su piel, por más que sea una aberración y que todos luchemos en contra de eso. La realidad cotidiana nos muestra que los ideales de igualdad, dignidad y libertad son meros deseos. Las matanzas y represión a la gente de color en Estados Unidos, la poca importancia a las muertes en África, la dureza con que Europa trata a los inmigrantes y refugiados, son pequeños ejemplos de que la teoría no se condice con la práctica.
Existen cadáveres importantes, existen muertos anónimos porque existen personas con categoría de importante frente a personas olvidadas, que se arrastran en el hambre, la miseria, el dolor y nunca dejan esa condición. Por más que lloremos la igualdad de la muerte, la vida a algunos les sonríe y la muerte los venera frente a algunos que la vida los orina y la muerte los aplasta en el abandono.