El gobierno de Argentina anunció una serie de cambios que van a traer la reforma que conllevarán a la mejoras que todos queremos pero (por qué siempre hay un pero) ¿son tan profundos los cambios? o ¿son simplemente reformas sectoriales para que todo siga igual?
En la década del ’90 el menemismo se llenaba de slogans que había que achicar el estado. ¿Teníamos un estado gigante o mal administrado? Según el gobierno el estado era gigante y por lo tanto, eliminar empresas de comunicación, de energía, reducir los gastos de Seguridad Social, los gastos de seguridad era algo necesario. Se hizo. Sin embargo el Estado siguió siendo deficitario, ergo nunca hubo un estado gigante, sí mal administrado y, sigue siendo.
Macri inició una reforma del estado, una reforma impositiva que tiene 220 páginas, donde se suben impuestos, se bajan impuestos, se negocian impuestos pero nada se toca de la coparticipación. Perdón, si se toca, se le otorga el Fondo del Conurbano a la provincia de Buenos Aires, una de las provincias más rica y peor administradas del país durante todos los tiempos.
Todos hablan de la estructura del estado a nivel empleado público, los famosos ñoquis parece ser fueron reemplazados, según La Nación, por los ravioles de Macri, la planta pública a nivel jefaturas, direcciones y ministerios creció un 25% (ver Macri aumentó la estructura del estado)
Los grandes recortes que propone Macrí pasan por los jubilados, el 34% del gasto público es erogado en jubilaciones. Ahora bien, la persona que aportó toda su vida durante más de 30 años ¿tiene la culpa de la inoperancia de los gobernantes para administrar? No.
Otros recortes de que se habla son los gastos de la política. Se citó como ejemplo los gastos de la Biblioteca del Congreso, como excesivos. Esta biblioteca está, junto a la Biblioteca Nacional, considerada a nivel internacional como una de las mejores de Latinoamérica y obviamente necesita un presupuesto para su mantenimiento.
Realmente se quiere recortar los gastos del estado, entonces recortemos los gastos. La nación tiene 329 miembros entre diputados y senadores. A ese número hay que sumarle los asesores por cada uno de ellos. Una buena medida sería reducir el número de legisladores a una sola cámara y con 115 miembros (cinco por provincias) elegido por el sistema D’Hont pero invertido. Es decir se empieza a repartir un legislador para el partido que menos sacó, dos para el que sacó un poco más y así hasta el que sacó la mayoría de los votos. De esa manera todos estarán representados.
Reducir los gastos, no es quitar funciones del estado, tampoco es crear más funcionarios del estado, un estado eficiente es un estado que garantiza Educación, Salud, Justicia y Seguridad adecuando los gastos para que esas funciones se cumplan. Esas funciones no las cumplen cargos directivos, la cumplen empleados.
Reducir la planta política a la necesaria, por qué tantos Ministerios, en la actualidad existen 19. Illia fue uno de los grandes presidentes que tuvo el país, tuvo 8 Ministerios y fue uno de los mejores gobiernos en cuanto a leyes y honestidad.
Reducir los gastos de la política es desmentir que sueldos elevados hacen la insobornabilidad y paragua para la corrupción. Los funcionarios y jueces cobran altísimos sueldos y son altamente sobornables y corruptos.
Que exista la carrera de Administración Pública es categorizar los empleados. De esa manera los puestos jerárquicos no van a depender de los vaivenes del gobierno sino de la capacidad de los que lo ocupan. Realizar concursos es proporcionales una estabilidad laboral que, quizás este gobierno no quiera que exista.
Realizar una reforma laboral, con el aumento de la inestabilidad en el trabajo es aumentar los gastos del estado en Seguridad Social y en Salud, ya que la salud de la población decae mucho más en un país inestable. Pero eso al gobierno tampoco le interesa.
Al gobierno sólo le interesa reducir gastos para cumplir con una meta fiscal que le permita seguir sacando prestamos para seguir endeudando el país, para alegría de nuestros tataranietos.