«Oh, placita infantil en la que un día
el duro corazón de un policía
me hizo llorar hasta ponerme ronco»
Aquiles Nazoa
En la placita / Humor y amor
En su Humor y Amor, libro entre cuyos pliegues también habita el poeta entre nosotros, leo unos versos de su autor, Aquiles Nazoa «En la placita», lugar espiritual Desde donde me sumo a la fiesta centenaria de su nacimiento.
Cómo no celebrar la precursora vivencia proletaria de quien vivió, creó y escribió desde la sencillez de los poderes creadores del pueblo. Esa fuerza en cuyo ejercicio «e invocando la protección de Dios, el ejemplo histórico de nuestro Libertador Simón Bolívar y el heroísmo y sacrificio de nuestros antepasados aborígenes y de los precursores y forjadores de una patria libre y soberana», se gesta y redacta nuestra actual y cada vez más vigente Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
Me doy permiso para celebrar a Aquiles Bolivariano, patriota, comunista, perseverante en el ingenio profundo de la sonrisa, en la solidaridad, el amor, la creatividad, la palabra y el humor como revolucionario auténtico, de los que hacen y no sólo dicen.
Celebrar a nuestro Ruiseñor de Catuche que hoy, aquí,acompañándonos en esta cuarentena de lucha y de resistencia, nos alegra con el recuerdo de su obra creativa y la extensa huella poética de sus libros, hasta para enfrentar a la mismísima pandemia de coronavirus, que se parece pero no es «como otros catarros (que) se curan / con unciones y guarapos / o se les mete un batido / y allí mismo pican los cabos» (Romance acaparado / Humor y amor).
Al pana del barrio El Guarataro, al caraqueño ahorrador de felicidades en sus doradas monedas de chocolate, guardadas en agradecimiento permanente, en la almohada de su infancia, toda nuestra atención para aprender a ser libres y grandes, observando con atención que ello sólo es posible a través de las cosas más sencillas que un intelectual orgánico, de la altura de Aquiles ha sabido regalarnos.
Así que ahora, este maestro Aquiles va por cien, pero su pasión de Amor y Humor le ha concedido multiplicarse en alegría, creatividad y esperanza, por mil o, más bien, por millones.
Ilustración: Xulio Formoso