Por: Rómulo Hidalgo
El mercado de alimentos de hoy en día es parte importante en la producción de contaminación, la proliferación de envases, bolsas y etiquetas plásticas, que han ido sustituyendo a los de vidrio y papel, es verdaderamente preocupante, aquí en nuestro país la mayor cantidad de basura que se encuentra en la calle proviene de empaques de alimentos.
Los alimentos por un lado son una necesidad pero por el otro son un atentado para el ecosistema, ya que el facilismo y la rapidez de la sociedad actual exige que seamos compradores obligados de todo lo que la industria alimentaria nos vende en los supermercados, ya poco sabemos de alimentos naturales, ya casi nadie sabe cocinar de verdad, lo que saben es untar, calentar y armar platos que ya vienen prediseñados para ser consumidos una vez se abra el empaque y se mezclen según recomendaciones inducidas a través de publicidades.
El sistema de alimentación está construido para que desaprendamos a cocinar, para que seamos cada vez mas dependientes de la industria procesadora, esto no está tan mal, solo que deberíamos hacerlo con un poco más de conciencia, promoviendo el uso de envases retornables o reciclables que puedan ser útiles en los hogares.
También de algún modo en nuestros hogares deberíamos aprender como en otros países, a preparar algunos alimentos y a envasarlos en envases reciclados que nos permitan aprovechar los envases de vidrio o plástico reusables, para preparar conservas de ciertos alimentos en sus temporadas de máxima producción cuando es garantía de precios bajos de dichos alimentos.
El desarrollo de las sociedades se basa en aprender a ser organizados y en aprender a ser productivos aprovechando los recursos de mayor abundancia que se tienen a la mano.
Aprender a hacer conservas de atún, vegetales, frutas, salsas, dulces, vinagretas, entre otras, podría hacer la diferencia, tanto en el crecimiento de nuestra cultura alimentaria, como en el enriquecimiento de nuestras buenas costumbres para la construcción de una sociedad más organizada, preparada y sobretodo, auto sustentable, capaz de hacer sus propios alimentos y colaborando con el ecosistemas evitando ser parte de un sistema alimentario altamente contaminante.
Alimentación con conciencia ecológica, sana, natural y deliciosa, con visión de independencia.