Por defender la verdad, 2000 años después, otro mensajero de paz está a punto de ser crucificado.
Julián Assange no es la excepción, tampoco el segundo, después del Nazareno.
Los amos del mundo «crean la izquierda», tal como lo han señalado algunos autores, y de la costilla de esa izquierda nació el financiamiento al nazismo…
Todo es obra de la creación. Mientras haya «creador» lo único que se necesita es fe y no hace falta pensamiento crítico.
El artículo titulado «Un Rothschild creó la izquierda y un Rockefeller financió a Hitler» fue publicado el 8 de mayo de 2017 en el portal web mentealternativa.com. Lo releo hoy en el contexto de las agresiones, públicas y comunicacionalmente conocidas, en contra del periodista ecuatoriano Julián Assange.
Más allá de los debates necesarios en solidaridad y defensa de la víctima, en los relativos al derecho internacional y en los de la libertad de expresión, creo que debemos estudiar con profundidad el tema relacionado con esa élite que anualmente se reúne para jugar golf, luego de haber revisado y puntualizado decisiones acerca del «destino» de la humanidad «en sus manos».
Si el Club Bilderberg hubiese nacido unos 19 siglos antes del siglo XX, es muy probable que se le atribuyese la responsabilidad de haber creado a Dios y, sobre todo, al Dios de la cristiandad.
Con mi opinión no quisiera banalizar el poder real que encierra y ejerce el Club Bilderberg. Sólo que es importante destacar que, antes de atribuirse la «creación» de la izquierda por parte de uno de sus más conspicuos representantes y fundadores, de apellido Rothschild, ya la lucha de clases existía como «motor de la historia», mucho antes del capitalismo como modo de producción dominante desde hace unos cinco siglos.
El mismo portal aquí aludido se refiere ahora al periodista Julián Assange (https://www.mentealternativa.com/julian-assange-peon-de-los-rothschild-en-la-guerra-por-el-control-de-la-banca-internacional/) como un posible «peón» del cártel Bilderberg a través de los poderosos Rothschild.
Edificar o derribar figuras según las necesidades de los explotadores para consolidar o ampliar su poder no es nuevo. Puede tratarse de «fichas» humanas o materiales, ya sea en roles de liderazgos como el caso de Jesús el Nazareno o de piezas llenas de simbolismo como la Biblioteca de Bagdad o el Trade Word Center en Nueva York.
Assange, bueno para unos y malo para otros, en la actual disputa del Poder en nombre de la verdad, es la ficha que Bilderberg quisiera ver desaparecer ante los ojos de todos, sin levantar sospechas de que ellos mismos sean los autores del hecho.
El creador de Wikilike, en la calle y desamparado, bajo la mira de cualquier «francotirador» de la mediática pagada por las grandes corporaciones de la comunicación (por cierto, también en las manos de Bilderberg), o medido por el puñal de un maloliente y mugroso malandro que lo termine desangrado en Liverpool, por ejemplo, es hoy un condenado más por los auténticos dueños del Poder mundial capitalista.
Yo no sé si le podremos salvar de su destino. Lo que sí creo es que no podemos seguir mirando, con indiferencia y lejanía, los movimientos de un mundo decidido a diario por los enemigos de la vida.
Assange, héroe y víctima, ya cumplió su cuaresma. Quizá lo único que le queda es pagar con su propia crucifixión, la defensa de la verdad como lo hizo aquel palestino, nacido en Nazareth y muerto en Judea.