En diciembre del 2017 compartí un meme que celebraba haber tenido 12 menstruaciones durante el año, lo que significa que no hubo embarazos y ello no fue precisamente por accidente. No quedar embarazada conscientemente amerita esfuerzo, voluntad y conocimientos de los cuerpos (especialmente el nuestro, por supuesto). Si bien quedarse preñada no es la cosa más fácil del mundo, tampoco ocurre por accidente. Lo mismo con el no-quedarse preñada.
Primero, “quedarse” preñada no ocurre por arte de magia: quien preña es un tipo, un hombre con un pene que se erecta y eyacula, por si hay gente que todavía piensa que las mujeres nos preñamos solas porque somos brujas. Brujas somos, penes no tenemos; y si se es mujer trans y todavía tiene pene no se puede auto-preñar, no sean más idiotas de lo que ya es su discriminación. Ahora, quienes quedamos preñadas somos, pues, nosotras y esa preñez puede ser consensuada, amorosa, no consensuada o sumamente terrible, pero justo eso no es lo que quiero venir a hablar acá. Quiero cerrar el año con honor, con orgullo, con alegría, con fuerza y con responsabilidad.
Si un hombre con pene y una mujer con vagina y sistema reproductor femenino tienen sexo y la mujer está en sus días fértiles o durante su ovulación (no es lo mismo) hay altas probabilidades de quedar embarazada bajo parámetros normales. Eso se traduce a que, exagerando un poquito, hay una ventana de 10 días para fertilizar un óvulo sano. Y también se traduce a que hay 18 días (si el ciclo menstrual de la mujer es de 28 días) para tener sexo sin riesgos altos de embarazarse. Estos números varían según cada mujer, pero generalmente la cuenta es así. Ahora, esto no quiere decir que en esos 18 días el sexo sin protección asegura no preñarse. Cuidado: hay que saberse muy bien el ciclo menstrual de una con todas sus variaciones y esto es total resultado de un monitoreo constante desde el día 1 del ciclo hasta su fin, que varía entre el día 25 y el 32, mes contra mes. Sí, 365 días de monitoreo. Es alta chamba.
Segundo, cuidarse y saberse no es neurocirugía pero sí es cuestión de la voluntad de una y del acceso a la información necesaria y de la calidad de esa información. Mis 12 sanas menstruaciones de este año también ocurrieron (irónicamente, dirán) porque yo quise dejar de tomar pastillas anticonceptivas. “Esta jeva loca me va a venir a decir que menstruó porque dejó las pastillas” seguro van a venir ustedes con su chorro de juicios morales, ajá. Pérense ahí un momentico. Metan freno e mano.
La decisión de dejar las pastillas fue consciente, fue serena y fue en calma. No fue algo impulsivo y tenía por lo menos 4 meses pensándomelo. Me parecía que después de casi 8 años de tomarlas era suficiente, y honestamente sentía que me estaban volviendo loca, que nadaba en la línea difusa entre la tristeza y la depresión todo el tiempo y que había algo en mi que no me pertenecía. ¿Y saben qué es lo que más me orgullece de este proceso? Fue mi pareja quien me animó a dejarlas. “Negra, te hacen daño. Vamos a intentarlo”. Un ajisito picante para quienes dicen que los hombres no sirven pa media verga, que no ayudan, que no nada. Proyecciones más, proyecciones menos: la confianza se construye desde la base del respeto y del reconocimiento mutuo, desde el saberse en la necesidad absoluta de cuidar a quien se tiene delante.
Epa, no lo niego: estaba cagada en er palo, como dicen en mi pueblo. Tenía dudas y me enrrollé en banda. Pensé que iba a quedar preñada a los dos meses. Confiaba plenamente en las pastillas y ahora sentía que me estaba lanzando al vacío; con tal, habían funcionado a la perfección por bastante tiempo ya. Pero mi necesidad de mejorarme, de serme responsable, y la confianza en ambxs fue lo suficientemente poderosa como para convencerme: no iba a tomar ningún anticonceptivo que le inyectara una cantidad de hormonas artificiales a mi cuerpo más nunquita; zape gato. Sabía que vendrían muchos cambios y que tendría que tener un cuidado que rayara en la paranoia pero después de 12 meses continuos sin pastillas anticonceptivas puedo decir que me siento muchísimo mejor, que no quedé embarazada, que me conozco mucho mejor y más y que mi vida sexual y reproductiva no desmejoró ni se vio comprometida. Todo lo contrario.
Tercero, el viaje de la anticoncepción es largo y lleno de vericuetos: a algunas no nos gustan los anticonceptivos orales y cambiamos a otro método artificial, a algunas no nos gustan los anticonceptivos artificiales y punto. Cada mujer tiene el derecho y la responsabilidad de saber qué es lo mejor para ella y para su cuerpo, nadie tiene por qué venir a opinar cuando no le preguntaron y nadie tiene más poder sobre ella que ella misma. ¿Quedó claro? Sobrarán los “vas a quedar preñada, ya vas a ver” pero sólo nosotras sabemos cómo coño es que se bate el chocolate y cómo nos gusta que nos lo batan, así de sencillo. #MiCuerpoEsMio #BorraloQueEsConLapiz
Ahora, como dije anteriormente, para saber qué es lo que nos gusta y qué es lo que no nos gusta hay que haber probado con anterioridad. Nadie tiene ningún decir mayor sobre la sapiencia que una mujer tiene sobre su cuerpo, pero ese descubrir es de ella y sólo de ella. No se puede decir qué es lo mejor si no sabemos cuáles son las herramientas disponibles y no sabemos cómo usarlas. Y acá entramos, otra vez, al terreno de las políticas públicas. A nadie le gusta hablar de sexo pero a todo el mundo le gusta tenerlo, sólo que el sexo además de placer trae otras consecuencias no deseadas: embarazos e ITS, o ambos dos junticos y bien revuertos. Mientras no haya una política coherente de educación sexual comprensiva y de calidad, nos sale hacernos el coro a nosotrxs mismxs porque con o sin PP seguimos quedando preñadas, abortando clandestinamente e infectándonos.
Empecemos por pensar que la sexualidad además de placentera debe, irrefutablemente, ser responsable tanto individualmente como mutuamente en las condiciones relaciones bajo las que estemos, cualesquiera que fueren. La sexualidad es peo de cada quien pero la responsabilidad es colectiva. Por los momentos tendremos pocas opciones, pero las tenemos. Usémoslas, cuidémonos. ¿No queremos quedar preñaítas y no confiamos en el método del ritmo? Usemos pastillas mientras tanto. ¿No queremos usar pastillas o no podemos pagarlas? Probemos con el DIU de plástico o con la balita en el brazo; es más costoso de una pero a largo plazo es mucho menos rial. ¿Pensamos que nos va a ir bien sin hormonas? Condón forever las mías, en PLAFAM son baratos.
Dejo algunas, eh, ¿sugerencias?
1. Elijan un método anticonceptivo evaluando siempre sus riesgos y ventajas. Hagan todas las preguntas necesarias, no dejen vacíos de información porque con ello viene ponerse a inventar y ponerse a inventar resulta en quedar, mínimo, preñadas. ¿Ah que te da pena? Más pena da lo que produce un embarazo no deseado o una ITS
(No sugiero la toma de anticonceptivos orales cuando se tienen otras opciones. Apoyo los métodos de barrera y el método del ritmo porque nos obligan a monitorear nuestro cuerpo, a respetarlo y a cuidarlo).
2. Tengan una aplicación del ciclo menstrual instalada. Si se están en pareja ambxs pueden tenerla: los varones también deben aprender de nuestros ciclos porque la anticoncepción no es sólo responsabilidad de las mujeres, ¿oyeron? Que no nos preñamos solas ya dije ya.
Yo he usado Flo (Android y Apple) año y medio y me parece muy buena. Eso sí, amerita el esfuerzo diario de introducir la información para que la app haga cálculos de fertilidad y menstruación certeros, más el espacio en el teléfono.
(si bien tengo críticas a esta aplicación, es una herramienta fundamental, FUNDAMENTAL, en el método del ritmo. Gracias a ella no me preñé, de pana).
3. La copa menstrual es otro elemento clave en el conocimiento del propio cuerpo y del ciclo menstrual. La recomiendo muchísimo.
4. Lean, conversen, lean más y conversen más sobre nuestros ciclos. Si la información no viene a nosotras, nosotras iremos a ella.
5. C.O.N.D.O.N: además de evitar embarazos no deseados, protege de infecciones de transmisión sexual. Póntelo. Ya fue.
#DerechosSexualesYReproductivos #SexualidadPlacenterayResponsable #UsaCondonYDejaLaMariqueraChamytoGafo