La industria bancaria parece hacer aflorar la deshonestidad en la gente. Un equipo de economistas suizos puso a prueba la honestidad de empleados bancarios en un juego de laboratorio que pagaba dinero si mentían. Cuando se les preguntó a empleados en un banco no nombrado sobre sus vidas familiares, fueron tan honestos como el público en general. Pero empleados a quienes se les preguntó sobre su trabajo en el banco mintieron 16% más.
«Los empleados bancarios no son más deshonestos que otras personas«, dijo Ernst Fehr, de la Universidad de Zurich, autor del estudio publicado el miércoles por la revista Nature. Pero señaló que cuando se les recuerda su trabajo, se vuelven más deshonestos, así que algo en la cultura bancaria «parece hacerles más deshonestos».
La Asociación Bancaria Estadounidense criticó el estudio. «Si bien este estudio analiza un solo banco, los 6.000 bancos de Estados Unidos tienen un nivel muy alto en lo que se refiere a la honestidad e integridad de sus empleados. Los bancos se toman muy seriamente la responsabilidad fiduciaria que tienen con sus clientes«.
Los autores del estudio dicen que entrevistaron a 128 empleados de un solo banco (ni siquiera revelaron el país donde está ubicado).
Los entrevistados recibieron un examen de honestidad común. Se les pidió que lanzaran una moneda al aire 10 veces; cada vez que lo hacían podían ganarse 20 dólares si el resultado igualaba lo pedido por los entrevistadores: a veces cara, a veces cruz. Una persona honesta reportaría el resultado solicitado aproximadamente 50% de las veces. Pero cuando a los trabajadores se les hizo preguntas sobre su trabajo en el banco, colocando su trabajo en sus mentes, el resultado que reportaban rindió dividendos 58% de las veces.
Cuando los estudiosos repitieron el estudio con más de 350 personas de otras industrias, las preguntas sobre trabajo no cambiaron los niveles de honestidad. Los estudiosos entrevistaron a 80 empleados de otros bancos y consiguieron resultados similares a los de los empleados del banco principal del estudio.
Desde la Plaza/AP/AMH