El interés mercantil de las élites occidentales en el ébola es mucho más aterrador de lo que nadie podría haber imaginado, cree el doctor en ciencias políticas William Engdahl, quien supone que el nuevo brote podría ser un arma biológica de Estados Unidos.
En su artículo el analista geopolítico recuerda la información divulgada en agosto por el canal de televisión norteamericano Fox News de que dos ciudadanos estadounidenses que se contagiaron del ébola en África consiguieron curarse gracias a una «nueva medicina experimental«.
El autor se pregunta si la histeria mediática en torno al virus del Ébola es en realidad un proyecto de la OMS para vender al mundo un «medicamento de salvación» que ni siquiera ha sido probado adecuadamente. Sea como fuere, desde que en los medios occidentales aparecieron los primeros informes sobre el brote del ébola Tekmira está batiendo récords en la bolsa.
Además, William Engdahl señala que Tekmira ha cedido a la empresa Monsanto el derecho a probar el «milagroso medicamento», sin especificar dónde debe buscar la compañía a sus «conejillos de indias» ni quién facultó a Tekmira para llevar a cabo este tipo de investigaciones. En la junta directiva de Monsanto el analista encontró a un representante de la familia Rockefeller que dejó su huella en la historia al financiar los experimentos en seres humanos realizados por los nazis durante el Tercer Reich en la década de 1930.
Asimismo, el autor indica que en 2010 los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU. patentaron un tipo de virus del Ébola conocido como «EboBun». De acuerdo con la patente, actualmente este organismo recibe los beneficios si se usa en la vacuna esta cepa del virus. De este modo, el autor se plantea si el problema que mantiene en vilo a la humanidad en estos momentos es un brote espontáneo del ébola en África o una prueba del arma biológica patentada en EE.UU. y el medicamento contra ella.
Desde la Plaza/RT/AMH