El ascenso del Estado Islámico, el grupo yihadista suní que siembra el terror entre Siria e Irak, parece imparable. Ni siquiera los bombardeos aéreos que Estados Unidos realiza en el noreste iraquí parecen detenerles.
En apenas un año de existencia, el grupo ha desbancado a la que fuera su creadora, la organización Al Qaeda. La web Medium.com ha puesto en cifras el espectacular crecimiento de la organización, y el resultado pone los pelos de punta.
– El Estado Islámico es, con diferencia, la organización terrorista más rica del mundo. The International Business Times afirma que tiene más de 2.000 millones de dólares en el banco. Una cantidad mucho superior a la de grupos como los Taliban (560 millones), las FRAC (350) o Al Shabab (100). ¿Cómo ha obtenido esa ingente cantidad de dinero? En su mayor parte de la venta de petróleo (se cree que se embolsa nada más y nada menos que tres millones de dólares diarios con los pozos petrolíferos que controla). La captura de Mosul, la segunda ciudad de Irak, también ayudó a que el monstruo creciera: robo de bancos, venta de antigüedades, lavado de dinero…
– El Estado Islámico controla alrededor de 56.000 kilómetros cuadrados entre Irak y Siria, un área en la que viven unos seis millones de personas y en la que han declarado su “Califato”. No obstante, sus ataques se extienden por todo el territorio de ambos países y su aspiración última es expandirse por Jordania, Israel, Palestina, Líbano, Kuwait, Turquía y Chipre. También han hablado de reconquistar Al Andalus.
– La organización cuenta con unos 80.000 combatientes, la mayoría de ellos iraquíes y sirios, aunque también cuenta con un gran número de miembros internacionales, entre ellos decenas de españoles. La cifra es espectacular si se compara con los combatientes con los que contaba en 2012, a penas 1.200. Algunos analistas consideran que el Estado Islámico es hoy la organización militar más poderosa de Oriente Medio después de Israel.
[youtube http://www.youtube.com/watch?v=DJf-4lEGSCE&w=560&h=315]Desde La Plaza/La Vanguardia- CNN/AMH