Una autopsia realizada a Michael Brown, el joven negro que murió la semana pasada a manos de un agente de policía en la localidad estadounidense de Ferguson, ubicada en el estado de Missouri, revela que el cadáver presenta al menos seis impactos de bala, dos de ellos en la cabeza.
La autopsia, que ha sido llevada a cabo a petición de la familia, determina que todos los disparos fueron realizados desde el frente, y que otras cuatro balas impactaron en el brazo derecho de Brown.
El doctor Michael M. Baden, que ha llevado a cabo la autopsia, ha dicho que, aparentemente, los disparos no fueron realizados desde corta distancia, si bien no ha podido concluir definitivamente este punto, ya que no ha tenido acceso a la ropa del joven.
Las autoridades locales han llevado a cabo otra autopsia, si bien los resultados no han sido publicados. Por su parte, el Departamento de Justicia ha anunciado que llevará a cabo otra autopsia.
Brown, de 18 años, murió el 9 de agosto tras ser tiroteado por el agente Darren Wilson, tras una discusión cuyo contenido todavía no ha trascendido. Sin embargo, la negativa de la Policía a divulgar inicialmente el nombre del agente provocó unas fuertes protestas de la población y una durísima respuesta policial cuyas imágenes han dado la vuelta al mundo.
La escalada de disturbios y violencia llevó al gobernador de Missouri, Jay Nixon, a declarar el sábado el toque de queda nocturno, lo que no evitó que se reprodujera la violencia. Los manifestantes decidieron no respetar la medida y se registraron unos incidentes que se saldaron con un herido y siete detenidos.
[youtube http://www.youtube.com/watch?v=SKKWBNSqtS0&w=420&h=315]Desde la Plaza/La Vanguardia/AMH