Ahora ya todo es social. Ya no basta con que las redes sociales sean sociales (si no lo fueran tendríamos un serio problema semántico), sino que casi cualquier actividad que antes se hacía de manera individual acaba siendo social: correr, apostar por internet, ver una película en casa… son muchas las actividades que ya llevan incorporada la acción de ser compartidas a través de todo tipo de redes sociales.
Casi podemos decir que, a día de hoy, no damos un paso sin antes contárselo a todo el mundo. Dentro de esta tendencia de «socializar» todo, hay una que está experimentando un especial auge en los últimos años: el social shopping. Muy grosso modo, el social shopping consiste en la construcción de diversos foros o comunidades online en las que los usuarios comparten sus gustos estilísticos, sus fotos con nuevas adquisiciones, se aconsejan sobre ropa, se recomiendan tiendas… Una nueva forma de «probarte» ropa, pudiendo tener a un grupete de amigos virtuales al lado para que te aconsejen.
Chicismo: de comunidad de usuarias a ecommerce. En este sentido, hay varias plataformas españolas que están apostando por este segmento. La última de ellas es Chicismo, una startup que ha sufrido algunas transformaciones desde sus inicios hasta su estado actual. Y es que, aunque nació como una plataforma destinada a mujeres en la que las usuarias compartían fotos de su ropa, se recomendaban «looks» y demás, con el tiempo, y una vez que Chicismo aumentaba en número de usuarias, los fundadores de la plataforma consideraron la opción de crear un apartado en el que el «look» en particular no solo pueda ser aconsejado y alabado, sino también comprado. Fue así como nació Chicismo Shop, donde todas las usuarias pueden enviar al resto a la tienda en la que ha comprado su ropa y complementos.
En este sentido, la evolución de Chicismo resulta curiosa, ya que no se trata de una tienda online que intenta crear una comunidad en torno a sus clientas, sino justo al revés: partiendo de una comunidad de usuarias, lo que se permite es facilitar sus procesos de compra.
Los usuarios no confían en la publicidad, sino en las recomendaciones. Así, mientras la confianza en la publicidad tradicional ha bajado un 24% desde 2010 la confianza en las opiniones de familia, amigos u otras personas ha aumentando nada menos que un 20% desde 2007. De hecho, este tipo de consultas han alcanzado un nivel de fiabilidad del 92%.
Desde la Plaza/Tecknoexplora/AMH