Al menos 15 civiles, entre ellos tres mujeres y un niño, murieron tiroteados por supuestos insurgentes cuando viajaban en un autobús en el oeste de Afganistán, informó hoy una fuente oficial.
El número de víctimas civiles no para de aumentar en un Afganistán que se prepara para la retirada de las fuerzas de la OTAN a finales de año. Ocho civiles murieron y otros 28 resultaron heridos ayer en la explosión de una motocicleta bomba en un mercado del norte del país, mientras que dos cooperantes finlandesas fueron asesinadas a tiros en la ciudad occidental de Herat.
Cuarenta y dos personas murieron el 15 de julio en un ataque suicida en un mercado del distrito de Orgun, en la provincia suroriental de Paktika, en uno de los atentados más sangrientos registrados en los últimos años. Los talibanes se desvincularon de ese ataque y el Gobierno afgano acusó de la matanza a la paquistaní Red Haqqani, que opera entre Pakistán y Afganistán.
En los seis primeros meses de 2014, en Afganistán perdieron la vida 1.564 civiles, un 17 % que en la primera mitad de 2013, mientras que los heridos aumentaron un 28 % hasta los 3.289. La misión de la OTAN en el país asiático, la ISAF, concluirá a finales de este año, pero Washington ha anunciado que mantendrá unos 9.800 soldados en el país asiático hasta completar su salida total a finales de 2016.
Desde la Plaza/ANT3/AMH