Ante una nueva cinta sobre Pablo Escobar tengo una sola sensación: hastío
Penélope Cruz y Javier Bardem protagonizan en Netflix Amando a Pablo dirigida por el genial director Fernando León de Aranoa, realizador de Los lunes al sol, Princesas, entre otras películas esmeradas.
Ante una nueva cinta sobre Pablo Escobar tengo una sola sensación: hastío. Cuando ves Loving Pablo, en su título original, no importa que Javier Bardem sea el encargado de interpretar al narcotraficante colombiano o que Penélope Cruz encarne a la que fue su amante, Virginia Vallejo.
No importa que el casting del filme sea de primera línea. Tampoco interesa que la historia haya sido contada ahora desde otro punto de vista.
Otra película sobre El patrón del mal me parece un soberano fastidio.
No entiendo la necesidad de recrear la vida de este personaje que no fue precisamente una hermanita de la caridad ni un héroe admirable. Me cuesta comprender el afán de la gente del cine por homenajear una y mil veces, en pantalla grande o chica, la vida poco halagüeña de este hombre famoso por razones equivocadas.
El mal tiene buena prensa, a la gente le gusta, le da morbo, le genera interés conocer a profundidad la vida de este tipo de personajes, porque aunque se diga muchas veces que la razón fundamental para relatar su historia (en libros y audiovisuales) es “entender” e “interpretar” sus razones para actuar de la manera en que lo hizo, es evidente que el deseo de vender es la razón principal para realizar este tipo de películas.
Quizás no por parte del elenco o los realizadores (Javier Bardem me parece un actor con alma, no creo que actúe llevado por deseos lejanos a su interés por la interpretación, de Penélope Cruz pienso exactamente lo mismo y Fernando León de Aranoa es un tipo talentoso, estoy convencida de que no hace cine por motivos mercantilistas), pero si debido al interés de las empresas encargadas de financiar este tipo de proyectos. El escándalo vende.
También se debe reconocer que mucha gente tiene una fe ciega en Pablo Escobar, para algunos no fue un narcotraficante, más bien su imagen se acerca a la de un benefactor, casi una hermanita beata que vendía droga para ayudar a su prójimo.
Es difícil no juzgarlo, es complicado tener una opinión positiva de un hombre que hizo un imperio a costa de la sangre de su prójimo. Un hombre famoso por estar envuelto en circunstancias violentas, por vender sustancias ilegales, por comprar conciencias, por ser el autor intelectual de un sinfín de crímenes, no debería ser beatificado cinematográficamente.
Toda biografía es un homenaje, pues para contar una vida, primero hay que entenderla, explicarla y entonces es muy fácil caer en la justificación.
No entiendo las razones para hacer cine sobre Escobar, y mucho menos ahora cuando ya el tema parece agotado ¿cuántas series, películas y documentales sobre este capo de la droga se han estrenado?
A pesar de la gran actuación de Javier Bardem (uno de los mejores actores de su generación), de Fernando León de Aranoa o Penélope Cruz y su talento apabullante, esta cinta cansa, no interesa ni un poquito la vida de un hombre célebre por ser malvado.
https://www.youtube.com/watch?v=ydPC_TeCz6U
@luisauguetol