Kelly McGillis, quién formó pareja junto a Tom Cruise en la versión original de Top Gun (1986) actualmente no se asemeja en nada a la rubia sexy que encarnó
Tom Cruise encarna el ideal de estrella de cine: no envejece, es atlético y cuando sonríe todavía enciende la pantalla. Es un ganador. A sus 57 años protagoniza la segunda parte de Top Gun, la cinta emblemática de los ochenta.
En Hollywood hay actores y estrellas de cine. Hay intérpretes que tienen mucho talento, pero no son estrellas de cine y hay estrellas de cine que no son actores, solamente se dedican a decir muy bien sus parlamentos mientras sonríen a la cámara. Tom Cruise es ambas cosas: un actor convincente, pero también una estrella, un personaje taquillero que todavía es capaz de generar en el público reacciones similares a las de sus inicios. Cruise ha luchado con el paso del tiempo y hasta ahora ha ganado.
En cambio Kelly McGillis, quién formó pareja junto a él en la versión original de Top Gun (1986) no se asemeja en nada a la rubia sexy que encarnó en aquel largometraje. La actriz que estudió en Juilliard en Manhattan y fue pareja de Harrison Ford no aparecerá en esta secuela porque simplemente ya no es lo que solía ser.
Para nadie es un secreto que el cine se alimenta de la belleza de sus intérpretes. No pasa igual en todos los casos, pero podría decirse que en un 70% la apariencia física es muy importante en la industria, sobre todo para las mujeres.
El desaparecido Tony Scott dirigió a McGillis y a Cruise en la versión original de Top Gun creando una referencia y no precisamente porque la película sea una obra de arte. Top Gun posee todos los clichés de Hollywood de una cinta de su clase y quizás precisamente por eso tuvo éxito.
McGillis, quién desde hace años está retirada de la industria, ya no tiene nada que pueda ayudarla a representar a ese personaje que le brindó notoriedad. Aunque cuenta con sólo cinco años más que Tom Cruise fue reemplazada por Jennifer Connelly, quién es ocho años más joven que el actor.
La actriz cometió el peor error que se puede cometer en la industria del entretenimiento: envejecer.
Su cabello ya no es rubio y largo, su figura ya no es estilizada, con kilos demás, arrugas y canas ha dejado de ser todo lo que Hollywood (y en realidad casi todo el mundo del espectáculo) espera de una mujer que ha ejercido durante años esa difícil profesión de ser una mujer bonita.
Actualmente Kelly McGillis vive en Carolina del Norte, trabaja en una clínica de rehabilitación y desde hace mucho tiempo ya no aparece frente a una cámara.
En los años ochenta cuando se encontraba en el mejor momento de su carrera se sentía insegura y poco atractiva. Al parecer ser bella y ser juzgada por ello siempre fue un problema para la actriz que desistió pronto de sus aspiraciones profesionales por miedo de sí misma y de una verdad que terminó revelando en el 2009: su homosexualidad.
La ex símbolo sexual dice que no le importa haberse alejado de la industria y que tampoco se siente mal por la drástica transformación de su imagen. Cierto o no, la única verdad es que para volver a verla, el público tendrá que conformarse con disfrutar de la primera parte de la película donde siempre será como canta Alejandra Guzmán en su famoso tema noventero: «eternamente bella».
@luisauguetol