Un tribunal de Suden ordenó la liberación de la joven condenada a muerte por abandonar su fe en el Islam, aún cuando fue criada bajo el cristianismo. La mujer dio a luz a su segundo hijo tras las rejas. Su marido aclamaba su liberación.
La condena a la horca de Meriam Yahia Ibrahim Ishag, de 27 años, el pasado 15 de mayo, provocó fuertes críticas de varios gobiernos occidentales y organizaciones de defensa de los derechos humanos.
“Meriam ha sido liberada hace alrededor de una hora”, dijo el abogado Mohamad Mustafa, ahora está fuera de la cárcel“, añadió.
La mujer, hija de un musulmán que abandonó la familia y criada por su madre bajo el cristianismo, había sido condenada por la ley islámica que prohíbe las conversiones, tras haberse casado con un cristiano con el que ya tenía un niño de 20 meses.
La mujer también fue condenada a 100 latigazos por ”adulterio“ ya que, según la interpretación sudanesa de la sharia, las uniones entre una musulmana con un no musulmán son consideradas como tal.
Cuando fue condenada la mujer estaba embarazada y dio a luz a una niña doce días después del veredicto. Tras el parto fue trasladada de la celda que compartía con su primer hijo y otras mujeres a la clínica de la prisión.
Mustafá y otros cuatro abogados especializados en Derechos Humanos se estaban encargando de la defensa de la joven gratuitamente. Varios líderes políticos y religiosos europeos habían pedido que se revocara la ”inhumana sentencia“ pronunciada contra la joven.
Desde La Plaza/El Mundo/NCH