La cebolla es su pariente más conocido, pero el cebollín, a pesar de no ser tan popular, ha sido cultivado durante siglos, no sólo por su característico sabor picante (aunque más suave que la cebolla), sino por sus propiedades medicinales.
El cebollín se consume crudo en ensaladas, cocinado, o preparado en diversos platos y también como condimento culinario; generalmente se emplea deshidratado para aromatizar sopas y estofados, siendo usado ampliamente en la preparación de la comida china.
Uno de los factores positivos del cebollín es que es muy bajo en calorías y al mismo tiempo nos aporta un buen abanico de nutrientes beneficiosos como vitaminas, minerales y antioxidantes. Pero, ¿qué beneficios concretos puede aportarnos integrar el cebollín a nuestra dieta?
- Cáncer: Ante todo, el cebollín es un buen aliado contra el cáncer, a nivel general. Sus efectos beneficiosos y preventivos son notables.
- Cáncer de próstata: Diversos estudios ya han comprobado la certeza de la relación del cebollín con el cáncer de próstata. En todos ellos, descubrieron que los hombres que habían comido más cantidad de cebollín tenían menos riesgo de desarrollar cáncer de próstata.
- Cáncer de esófago y cáncer de estómago: La ingesta frecuente de todas las variantes de la familia de las aliáceas como la cebolla, el ajoporro o el cebollín, está inversamente relacionada con el riesgo de cáncer de esófago y el cáncer de estómago.
- Sueño y estado de ánimo: El cebollín también supone una ayuda importante para el sueño, el movimiento muscular, el aprendizaje y la memoria. Ayuda a mantener la estructura de las membranas celulares y en la absorción de la grasa. Pero sus beneficios no acaban aquí: también es un aliado contra la depresión.
En Venezuela se utilizan dos variedades diferentes con el mismo nombre, cebollín, el más grueso, parecido en aspecto al ajo porro, aunque mucho más delgado y de sabor parecido, siendo una de las hierbas más finas en el mundo culinario.
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