Terminaba la Venezuela representativa del siglo pasado, donde la política era un show en el que el pueblo venezolano era solo público de debate entre «sesudos analistas». En la víspera de las elecciones de 1998 salía al aire el programa «La silla caliente» (Venevisión, 1998), donde Óscar Yanes entrevistó al promotor del cambio de sistema, Hugo Chávez, que ganó sus primeras elecciones terminando ese mismo año. Hoy, las redes sociales, que entonces no existían, movidas por políticos y militantes opositores, pretenden mentirnos, mostrando aquel fracaso, en los hechos, del veterano entrevistador como una «advertencia» de un futuro que, antes y después, traería y trae la Asamblea Nacional Constituyente, como expresión de un país que construye y soluciona la mayoría, y no de la élite que pretendía hablarnos de democracia, pensando y haciendo por nosotros, la mayoría, sin que pudiéramos participar.
Haremos el máximo esfuerzo para resumir, con la menor cantidad de palabras posibles, la manipulación que, a través de una cadena de Whatsapp, con el programa del que aquí hablamos, ha buscado aprovecharse del desconocimiento de las leyes, y de los hechos históricos, de un sector de Venezuela.
En las palabras, fue el fallecido periodista Óscar Yanes el que tuvo la razón, en esa entrevista al candidato ganador de 1998. Pero en los hechos, el que tuvo la razón fue el presidente Hugo Chávez.
Óscar Yanes, en las PALABRAS:
- En efecto, la difunta Constitución de 1961 sólo podía ser modificada entre una élite de poder (políticos, diputados), al igual que todas las leyes. Nosotros, el pueblo venezolano, no podíamos hacer nada de forma directa, sino por representación. Era una democracia representativa (como las que todavía existen en muchos países, desde Estados Unidos, hasta Brasil, donde pueden imponer a un político que nadie eligió, violando el derecho de quienes eligieron a un presidente o presidenta, como ocurrió con el presidente Lugo en Paraguay, o de la presidenta Rousseff, en Brasil). Chávez tenía razón al citar aquella Constitución, cuando decía que: “la soberanía residía en el pueblo”, pero Yanes tenía razón en que dicha soberanía el pueblo la ejercía de forma indirecta (así lo decía la difunta Constitución de 1961, y eso, en esa época, no podía ser modificado)
- Con el artículo 181 de la Ley Orgánica del sufragio, no se podía convocar a una Asamblea Nacional Constituyente, lo que sí se podía era convocar a referendos para temas de importancia nacional (y lo podía convocar el presidente en consejo de ministros; el antiguo congreso con las dos terceras partes; y el pueblo recogiendo firmas, solamente si eran electores, cosa que hoy está en nuestra Carta Magna, en los artículos 347,348, y 349 de la Constitución, que son los que permiten la Asamblea Nacional Constituyente)
Presidente Chávez, en los HECHOS:
- Chávez no engañó a nadie: El entonces candidato dijo que iba a convocar a una Asamblea Nacional Constituyente si quedaba electo, y la mejor prueba de que esto es cierto, es que hasta sus oponentes de aquellas elecciones de 1998, Henrique Salas Römer, y todos los políticos (y políticas, Irene Sáez, aquella ‘exmiss’ y «presidenta segura”, según encuestas que después de esas elecciones tampoco acertaron), a los que Chávez derrotó, atacaban al candidato revolucionario con esa frase que a pocos engañó, a juzgar por los resultados electorales: «Con la Constituyente no se va al mercado, ni se resuelven los problemas del país». Chávez ganó las elecciones, y llamó a la Constituyente.
- Los derrotados por Chávez, trataron desde enero de 1999 de impedir la convocatoria a la Constituyente. Cuando se dieron cuenta que no podían impugnarla, porque la Corte Suprema de Justicia reconoció que se podía convocar a referendo para discutir esa materia con el pueblo, entonces el antiguo congreso trató de quitarle al presidente Chávez la convocatoria, diciendo que ellos llamarían a ese referendo, a lo que el nuevo jefe de Estado se adelantó, convocándola por decreto, según el artículo 181 de la Ley Orgánica del Sufragio (Ramón Guillermo Aveledo, entonces presidente de la Cámara de Diputados del antiguo Congreso, pretendía impugnar en febrero de ese año la convocatoria a la Constituyente que Hugo Chávez hizo en su toma de posesión en 1999.
- En los hechos, el presidente Chávez actuó legalmente, aquel 2 de febrero de 1999. Tomó la iniciativa democrática (y además legal, artículo 181 de la Ley Orgánica del sufragio) de convocar, en consejo de ministros, a un referendo para ver si el pueblo quería convocar una Asamblea Nacional Constituyente, no para convocar una Constituyente (eso hubiera sido ilegal, como dijo allí Oscar Yanes). El método fue legal, democrático, y así comenzaron, y continúan, los cambios en Venezuela.
- La respuesta del pueblo venezolano fue tan abrumadora (88% de las y los venezolanos que votamos, incluyendo quien escribe, dijimos Sí) que hasta los políticos y conocidos activistas de la oposición de hoy, como Alberto Franceschi, el abogado Ricardo Combellas, entre otros, apoyaron la Constituyente, y fuimos a las elecciones para elegir a los miembros de dicha Asamblea.
- Si todavía a Oscar Yanes le quedaba una duda, no sólo todo el país quería ir a Constituyente, sino que además el partido de Chávez y las fuerzas que lo apoyaron ganaron prácticamente todos los escaños de la Constituyente.
- Y cuando decimos todo el país, lo decimos en los hechos, más que en los números. La abstención, tanto del referendo para aprobar ir a constituyente (25 de abril de 1999, 62,35%), como el propio referendo que decidió nuestra Constitución (15 de diciembre de 1999, que descendió a 55,22%) tienen algo en común: Es el producto natural de procesos nunca antes vividos en la historia política de Venezuela, como después se vio en la disminución de dicha abstención en todas las elecciones. Era la primera vez que se le consultaba si estaba a favor o no de cambiar, de derecho, con una nueva ley, a Venezuela.
- Quienes no votaron no estaban en contra, simplemente no consideraron, acostumbrados a votar solo por políticos de un partido u otro (y ambos partidos de la misma élite de poder), la importancia de esos procesos. En 2007, la reforma constitucional la gana la oposición por abstención de los chavistas (por aspectos que se entendieron cuando se empezaron a hacer con leyes, como los consejos comunales, que hoy son algo normal, por ejemplo). La oposición representó más del 50% de los votos, el Chavismo 49% de los votos, y la abstención fue de 40% (más de la que hubo cuando el presidente Chávez le ganó a Manuel Rosales en 2006, 30%). Hoy toda Venezuela reconoce a la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999) como su Constitución, y cada cosa que hacemos los venezolanos con el Estado, desde organizarnos en un consejo comunal, hasta el CLAP, pasando por firmar para un revocatorio, es reconocer la Constitución de 1999 (todas, todos, sin distingo político, hemos estado en estos procesos)
- Un último error de Oscar Yanes: La Constitución de 1999, surgida de aquella Constituyente, no fue ninguna instancia «supradictatorial»; todo lo contrario, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela es la más democrática de la historia. No sólo votando haces fuerza, puedes elegir todos los cargos (excepto el gobierno del Distrito Capital y los ministros), e incluso revocarlos; organizarte de forma protagónica (cabildos abiertos, consejos comunales, comunas) y participativa (revocar mandatos, presentar propuestas vinculantes a la Asamblea Nacional, organizarte en novedosas figuras socioproductivas, y no solo las viejas formas de organización, llamadas «instancias» porque sólo pueden pedir, no producir – fundaciones, asociaciones civiles, etcétera-)
En resumen: Óscar Yanes manipuló a la gente en su buena fe en esa entrevista, «advirtiendo» al país, en palabras, sobre algo que jamás se dio en los hechos.
¿Y en casi 20 años ‘no se ha hecho nada’? Ya te demostré todo lo que se ha hecho en 20 años en pasadas #CrónicasHertzianas.