Los tres libertadores son un solo libertador. Tienen la afinidad de haber nacido los tres en fechas en las que los astros se encontraban bajo la constelación de Leo y con el Sol como regente, según lo indican algunos estudiosos de la astrología occidental.
Al signo zodiacal conocido como Leo pertenecen los nacidos entre el 22 de julio y el 22 de agosto. Simón Bolívar nació en 24 de julio, Hugo Chávez en 28 del mismo mes y Fidel Castro en 13 de agosto.
Si bien las comunes características de estos tres soldados nuestroamericanos, los definen los parámetros de la astrología convencional y vulgarizada, como que “siempre piensan en grande”, sería un simplismo idealista reducir a un solo factor esos lazos. Además “con el Sol en su propio signo”, como lo indica también el estudio de las constelaciones, les hace ser personas de gran corazón “que irradian dignidad y poseen un mundo interior lleno de orgullo”. Disponen de amor, agradecimiento y lustre en abundancia, como algunas de las virtudes que resaltan los estudiosos o especuladores del tema. Pero, añaden también que los Leo “viven sus convicciones con plenitud e invierten en ellas toda la fuerza de su personalidad”.
Si observamos por separado a Bolívar, a Castro y a Chávez, a cada uno en su contexto y en sus tiempos, podemos concluir que los tres poseen visibles características de los nacidos en Leo.
En fin, una cuenta de afinidades que bien hablan del accionar de los tres soldados patriotas a los que nos referimos en este Diálogo en la acera. Pero más allá de la astrología, quienes piensan en “el más allá”, en la “reencarnación” o “la resurrección de la carne”, como la mencionan los católicos y otras religiones judeo-cristianas, pudieran interpretarse como explicación de que Fidel Castro y, sobre todo, Hugo Chávez Frías, sean la prolongación vital y corporal del Libertador que en el siglo XIX luchó por la unidad y la independencia de América.
Elementos esotéricos y religiosos que suman coincidencias, pero por encima de ellas, ninguna como la motivación real y socio-histórica de vivir en libertad, de romper con el coloniaje y conquistar la independencia, tal como se lo planteó Simón de la Santísima Trinidad, tal como lo luchó y conquistó frente a España, pero también como lo supo dejar en legado para que se hiciera definitiva en las luchas de tantas y tantos revolucionarios, pero particularmente del revolucionario cubano y mucho más aún del venezolano Chávez Frías.
Hugo Rafael, llanero, nacido en Sabaneta de Barinas, el 28 de julio de 1954, de origen campesino, humilde y trabajador, desde niño se codea con el trabajo, la calle y los libros, convirtiéndose muy temprano en un líder que supo encontrar sus propias rutas de pensamiento y acción libertarios en la figura de Bolívar, el mismo del Canto que le regalara Pablo Neruda para colocarlo en la dimensión de quien exactamente fue:
“Libertador, un mundo de paz nació en tus brazos.
La paz, el pan, el trigo de tu sangre nacieron,
de nuestra joven sangre venida de tu sangre
saldrán paz, pan y trigo para el mundo que haremos”.
(Pablo Neruda. Un Canto para Bolívar)
Cortejado por la figura de su legendario abuelo, Pedro Pérez Delgado, Maisanta, Hugo Chávez encarna a Bolívar y al Bolivarianismo como un camino hacia la liberación e inclusión de su pueblo y desde muy joven sueña con gobernar a Venezuela, ofreciéndole «la mayor suma de felicidad posible».
Pero el Comandante Chávez no sólo se alza y rebela contra las desigualdades e injusticias, asumiendo el ideario de Bolívar como guía, sino que en su paso firme hacia la independencia definitiva, descubre en Fidel Castro la luz de la experiencia socialista y la definición de la Patria que tanto ansió.
Así que ahora que Chávez es también Bolívar y Fidel, celebrar su vida, su cumpleaños de nacimiento, es más que una sola fiesta, es celebrar a tres glorias y a una misma libertad.
Ilustración: Xulio Formoso