“El Sacrificio del ciervo sagrado” está actualmente en cartelera
¿Para disfrutar una película tienes que entenderla? Algunas canciones de Nirvana son incomprensibles y no por eso dejan de ser grandiosas.
Algo parecido sucede con las películas de Yorgos Lanthimos (Langosta, Canino) nunca las entiendes del todo o por lo menos te quedan grandes dudas de lo que se cuenta y cómo se cuenta, pero no por eso dejan de ser fascinantes.
Sus cintas son un golpe al corazón, generan sorpresa, confusión y redimensionan las situaciones que se presentan.
En este caso, a la película protagonizada por Collin Farrell (quien también actuó en Langosta, su cinta anterior) Nicole Kidman y el joven Barry Keoghan le han colocado diversos rotuladores, algunos dicen que es una cinta sobre la venganza, otros que es una película surrealista que usa cada uno de sus elementos como una metáfora de algo más, que está inspirada en las cintas de Luis Buñuel, de quien el director es admirador.
También se ha dicho que simplemente no hay mucho que decir o entender porque Lanthimos se dedica al arte del absurdo.
Incompresible, rara, loca, desagradable, le pongan la etiqueta que deseen, en la cinta subyace un misterio y es precisamente el deseo de entenderlo (y conocerlo) lo que te va llevando escena tras escena.
Y es que, a veces, no entender en el cine es algo casi tan bueno como comprender, al menos mientras la cinta avanza, pues ese deseo te empuja hasta el final, te alienta hasta la última escena con la esperanza de juntar por fin todas las piezas.
No siempre ocurre, por el contrario, a veces las piezas vuelven a mezclarse y a perder su estructura inicial al final de la película. Esto no es necesariamente malo, tampoco podría definirse como una virtud, simplemente pasa, en este filme sucede.
En “El sacrificio del ciervo sagrado” además de esa sensación de misterio queinvade toda la película, se recrea un estado de ánimo pavoroso que rememora a la “Funny Games” (2007) de Michael Haneke y no precisamente por su trama. Más bien por lo sórdido que resulta el contraste entre una vida impoluta (al menos en apariencia) y las manchas que puede generar la tragedia.
En la cinta de Hanekeuna familia “perfecta” también es acosada por la imperfección.
¿Para disfrutar una película tienes que entenderla?
Definitivamente no, aunque creer que no entiendes también es una interpretación y quizás una trampa de surealizador para que sigas pensando en su cinta con mayor apego.
@luisauguetol