El Zulia siempre se ha considerado una república independiente. Desde Caracas –otra pseudo nación–cuesta reconocer que tienen hazañas dignas para fundar hasta una “civilización”: un solazo que es mejor que se lo queden, petróleo pa’ tirar pa’l techo, gastronomía mollejúa, vieron nacer al creador del bisturí de diamante, y fueron la cuna del cine venezolano hace 121 años.
Fue exactamente un jueves, 28 de enero de 1897, que se dio a luzal cine en Venezuela con la proyección de “Muchachas bañándose en la laguna de Maracaibo” y “Un célebre especialista sacando muelas en el Gran Hotel Europa” en el Teatro Baralt de Maracaibo, ambas obras del maracucho Manuel Trujillo Durán. Así que, pa’ que sepáis, hoy se celebra el Día Nacional del Cine gracias a los hermanos Trujillo Durán.
Estas obras, las primeras en ser producidas en el país, ya asomaban la identidad regional de la zona, al mostrar a un grupo de jóvenes en torno a la Laguna de Maracaibo y bajo un sol mollejúo, así como a un «Célebre especialista sacando muelas en el Gran Hotel Europa” (identifíquese acá la modestia característica del zuliano). Lo que sí es indudable es que al ver estas proyecciones en el Teatro Baralt más de un marabino exclamó: ¡Mi alma dios!
Claro, meses antes ya se conocía el fenómeno cinematográfico gracias a que Adolfo Carrizo, Guillermo y Manuel Trujillo Durán habían importado el primer vitascopio del país, con el cual hicieron exhibiciones de cortometrajes grabados en Nueva York. Por suerte, este fotógrafo (publicado en las mejores revistas venezolanas), empresario (dueño de un taller de fotograbado en la calle Venezuela) y cineasta mandó esos trabajos a la verga, decidiendo producir los suyos propios, lo que marcó el inicio de un cine que, siendo realista, era y sigue siendo vergatario.
DesdeLaPlaza.com/José Riera Bravo