Este 2018 volvamos la mirada a esas producciones venezolanas que imponían en el espectador la necesidad de ejercitar la agudeza mental
En Venezuela hablar de historia del cine y televisión es hacerlo de dos relatos que confluyen debido a diversas razones. Una de ellas tiene que ver con que aquellos que hacían televisión en el comienzo de la industria (actores, escritores, directores, productores, etc)fueron en gran medida los realizadores de muchas de las películas más representativas de la historia del cine nacional, ya que para la mayoría, la televisión era un negocio rentable y el cine el reducto del arte.
En los años 70´s y 80´s, la televisión venezolana tenía como objetivo entretener, pero también generaba contenidos que buscaban comunicar algunas ideas. Específicamente en esos años, José Ignacio Cabrujas escribió una serie de productos dando paso a eso que se ha llamado “la telenovela cultural”.
Cabrujas es parte de un período en el que participaron otros, en esas décadas y años después, ya que muchos escritores, más allá del deseo legítimo de vender su producto para comercializarlo, usaban la televisión para retratar aspectos relevantes de la sociedad en producciones cuidadas que resaltaban por sus argumentos.
Las ficciones televisivas de las décadas de los 70´s y 80´s imponían en el televidente la necesidad de ejercitar la agudeza mental para darle algún sentido a lo que se les planteaba.
Los diálogos de las obras de ficción que se veían en ese tiempo en la pantalla chica están llenos de ideas que apuntaban al ejercicio de la inteligencia y el sentido común, más allá del melodrama y la cursilería (que también se encontraba presente) inherente al género telenovela.
Personajes y personalidades
En los 80´s, la carrera de Mayra Alejandra Rodríguez Lezama (“Carmen la que contaba 16 años” 1978, “Manon” 1986) estaba en total plenitud. Ella, que fue estrella de la televisión nacional desde su juventud (década de los 70´s) trabajó en diversas producciones que reflejaban ese deseo de generar entretenimiento y a la vez algunas reflexiones a través de las obras de ficción.
En los años 70´s, Mayra Alejandra protagonizó “La hija de Juana Crespo” original de José Ignacio Cabrujas y Salvador Garmendia y años más tarde en 1981, fue la figura principal en la telenovela original de Ligia Lezama “Luisana mía” donde compartió el protagónico con Jean Carlo Simancas (“Disparen a matar” 1990, “Homicidio culposo” 1984) con éxito. Además, fue la protagonista año tras año de un sinfín de producciones dramáticas de la época, unas más relevantes que otras.
En esa época abundaban las figuras que destacaban por su talento fundamentalmente, la premisa para contratar a los actores no estaba, como en nuestros tiempos, influenciada por la apariencia física.
Además de Mayra Alejandra, nombres como: Doris Wells, Marina Baura, Miguel Ángel Landa son otros representativos de esa temporada, donde si bien es cierto que las producciones no eran perfectas, también es verdad que los estándares de calidad eran altos.
Y es que la novela cultural configura el pasado no solamente de la televisión, también del cine nacional.
Todos sabemos que la memoria del venezolano es esquiva y olvida muy pronto a los personajes, hechos y circunstancias que marcaron un tiempo, corriendo el riesgo de perder de vista elementos indispensables para la comprensión del presente e incluso para la construcción del futuro.
Precisamente por eso, en este año que comienza, es propicio volver la mirada a estas producciones (muchas pueden encontrarse en la web) para tener más claro lo que fuimos como industria de entretenimiento: “somos nuestra memoria, ese quimérico museo de formas inconstantes, ese montón de espejos rotos” dice la frase de Jorge Luis Borges, esto sin duda es cierto y más nos vale no olvidarlo.
@luisauguetol