En medio de la actual crisis económica que vive el país, es necesario que aprendamos a administrar todos los recursos con lo que se dispongan.
Cualquiera que sea los recursos con lo que se dispongan, es necesario que se aprenda a ahorrar, administrar e innovar, para que luego no se convierta en un problema mayor.
Pero es importante saber que para tomar estas medidas, es necesario ser muy conscientes y tener voluntad de aplicarlas.
Uno de los recursos más importantes, y que es muy necesario que se tomen medidas, e incluso que se innove en su consumo, es justamente el alimenticio, y es por ello que la ‘Red de Defensoras y Defensores de la Seguridad y Soberanía Alimentaria’ publicó en su sitio web las 10 maneras de cómo “darle la vuelta a la alimentación”.
1.- Hay que aprovechar los ‘tres máximos’, 1) Máximo aprovechamiento de los recursos disponibles, 2) Máximo rendimiento en lo adquirido y producido y 3) Máximo ahorro familiar.
2.- Partir de tres principios: ‘Voluntad’, para transformarnos y ser mejor cada día aprendiendo de la alimentación y nutrición; ‘Valentía’, para atrevernos a hacer cosas nuevas y modificar los hábitos dañinos heredados que afectan la soberanía alimentaria; y ‘Amor’ para que cada dificultad se convierta en un reto a superar desde la alegría; el amor hace más fácil y llevadero las dificultades, mientras que la rabia, el miedo y la ira, son malas consejeras, nos nubla el entendimiento, lo que no nos permite ver la solución de los problemas, entorpeciendo también los procesos fisiológicos de aprovechamiento de nutrientes.
3.- Realizar las compras de manera colectiva, a través de las organizaciones comunitarias como los Comité Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), enlazando directamente con productores campesinos y con instituciones gubernamentales. Esto nos permite evitar intermediarios, que son los que más impactan en la inflación, disminuyendo los costos, ya que comprar en grandes volúmenes, garantiza el máximo ahorro familiar.
Para ello: voluntad, para trabajar en equipo e impulsar los procesos en medio de las dificultades; valentía, para atrevernos a enfrentarnos a las pruebas que nos da la vida; amor, para disfrutar del trabajo en equipo y de las nuevas acciones que debemos emprender.
4.- Debido a que por los procesos históricos perdimos la relación gastronomía-ambiente, la cebolla, el tomate y el pimentón aumentan de precio en la época de lluvia, y están repletos de agrotóxicos dañinos. Para liberarnos desde la alimentación, podemos aliñar nuestros platos con ají dulce, cebollín, ajoporro, cilantro, perejil, cúrcuma, entre otros, cambiando en función de la temporada, la disponibilidad y los precios.
5.- Es importante que no construyamos los menús familiares desde recetas rígidas; por el contrario, debemos aprender principios de alimentación, nutrición y cocina, que nos permitan sustituir los alimentos en función de las temporadas y las fluctuaciones de los precios. Los alimentos de temporadas son más saludables, nutritivos y económicos, lo que nos llevará al máximo aprovechamiento; y adaptar las preparaciones a los alimentos que tengan mejores precios disponibles nos ayudarán al máximo ahorro familiar.
6.- La planificación alimentaria debe ser flexible, lo que requiere creatividad. Debemos aprender a disfrutar de todo el maravilloso proceso de producir, adquirir, almacenar y procesar nuestros alimentos; disfrutar de probar alimentos nuevos, criollos, que han sido marginados por el mercado. Desde la creatividad y la flexibilidad, con claros conceptos alimentarios y nutricionales que debemos ir adquiriendo colectivamente, podremos lograr el máximo aprovechamiento de los recursos disponibles, como la yuca, el ocumo chino, la chayota, los granos criollos, la batata, el ñame.
7.- Con creatividad podremos crear novedosos y numerosos platos saludables, utilizando inclusive partes de los alimentos que son desechados, como las hojas y tallos de los brócolis, las semillas y tripas de la auyama, las hojas de las remolachas y las zanahorias, entre muchos otros.
8.- Para lograr el máximo rendimiento y aprovechamiento, debemos aprender a almacenar de la mejor manera los alimentos. Por ejemplo, hay ciertos rubros que no toleran tanta humedad, como es el caso de la yuca y el ñame. En este sentido, debemos almacenarlos en lugares secos, evitando su refrigeración. Otro ejemplo interesante es el cuidado que debemos tener al almacenar la cebolla, ya que puede acelerar la descomposición de tomates, pimentones, y ajíes; por lo tanto, no es recomendable guardar la cebolla con otros rubros.
9.- Para almacenar los granos como caraotas, quinchonchos, y cereales como arroz y maíz, debemos ubicarlos en lugares secos, limpios, para evitar que insectos que puedan deteriorarlos. También se pueden utilizar frascos de vidrio boca ancha para el almacenamiento.
10.- Podemos cultivar aliños en jardines, parques comunitarios, ventanas, azoteas, plata bandas, que son de fácil cultivo, y nos permitirá mejorar nuestra nutrición, al tiempo que mejoramos el sabor de nuestros platos. Algunos aliños de fácil cultivo son ajíes, albahaca, perejil, cilantro, menta, hierbabuena, cebollín y ajoporro.
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