(Capítulo 6: Si el Estado no hace su trabajo, el que se cree dueño de todo, se aprovecha)
Al cumplirse una década de la primera revisión que hiciera el Estado venezolano de las concesiones de la TV (Jaime Lusinchi, decreto 1577), dedicamos la columna del lunes pasado, la del lunes 19 de junio, la del lunes 12, la del lunes 5, la del lunes 29 de mayo, esta columna, y las próximas 3, a analizar cómo la República llegó a la decisión soberana de no renovar la concesión a Radio Caracas Televisión (RCTV). En esta entrega, conocerás hechos concretos que demuestran cómo el canal que dirigía Marcel Granier, en complicidad con toda la TV de la época, no solo abusó de las libertades de la democracia que vive la Venezuela del siglo XXI, sino que pudo hacerlo por la ausencia de Estado que significó, para la televisión, la
En la entrega anterior, señalábamos la primera medida que la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (CONATEL) tomaba contra RCTV, después de 12 años de creada (desde 1991), el 20 de enero de 2003. Lo que hizo RCTV durante el Siglo XX, y especialmente durante el Siglo XXI (en complicidad con los medios privados que buscaban el derrocamiento del presidente Hugo Chávez fue prácticamente lo que le dio a la Asamblea Nacional de entonces todos los hechos ilícitos que ayudaron a redactar la Ley de Responsabilidad Social en Radio, Televisión y Medios Electrónicos.
RCTV hizo apología del delito, incitó a la rebelión, al irrespeto, a la subversión del orden público, y al desprestigio de personas e instituciones. Destacan en el informe que el Ejecutivo realizó para tomar la decisión de no renovarle la concesión (que tiene una versión en video la acusación que hizo RCTV, aquel doloroso 6 de diciembre del 2002, en el mismo instante de ocurrir los hechos, sin ningún elemento que lo demostrara, donde los asesinatos provocados en una concentración en Plaza Altamira por Joao de Gouveia, sentenciado por el gobierno, y que cumple su condena en prisión eran responsabilidad directa del Presidente Chávez. RCTV promovió en sus pantallas declaraciones del dirigente político, Carlos Ortega, acusando al gobierno de esos asesinatos, e incluso haciendo llamado ilegal a una desobediencia tributaria, de la cual Aristóbulo Isturiz cuenta: “Desesperados por el fracaso del sabotaje petrolero, los golpistas han tratado de sumar otras medidas para lograr sus propósitos: han realizado manifestaciones con mayoría de participantes de las clases altas y elementos de las capas medias buscando provocar la violencia en el país; han pretendido convocar a un ilegal referéndum consultivo para forzar la renuncia del Presidente; intentaron cerrar los bancos, con la reducción del horario de trabajo y el paro de los mismos; han llamado a la desobediencia tributaria, al no pago de agua, electricidad y gas; y tratan de sabotear el inicio del año escolar, batalla en la que también están llamados a la derrota…”
Todo lo anterior demuestra que RCTV violó el Reglamento de Radiocomunicaciones, en su Artículo 53, literal ‘c’. También destaca la violación al literal ‘d’ del mismo Artículo 53 del Reglamento, materializado en propagandas transmitidas por RCTV que incitaron a la subversión del orden público y constitucional: ‘tranca tu calle’, ‘la gran batalla’ e ‘Historia de un fracasado’ (violaciones al literal ‘i’ del Reglamento de Radiocomunicaciones, vigente entonces). Propagandas que constituían noticias falsas o tendenciosas, como: ‘No te dejes engañar’, (Asociación Civil opositora ‘Mujeres por la libertad’), donde se endilga al Presidente de la República la responsabilidad de una acción abiertamente promovida por la oposición, como era la del Paro político iniciado el 2 de diciembre de 2002, anunciado desde meses por televisión. Escenas que susciten el terror: piezas propagandísticas como ‘Estar unidos’, ‘Un mensaje de aliento y esperanza’ (Partido político ‘Proyecto Venezuela’), y ‘Hay un solo responsable’ (violaciones abiertas al literal ‘d’, Artículo 4, del antiguo Reglamento Parcial sobre Transmisiones de Televisión, por sus contenidos, absolutamente prohibidos, también, por el literal ‘b’ del Artículo 6 del mismo). Y mensajes que mostraran cuadros sombríos o patéticos: ‘Todos juntos’ (de la entonces coalición opositora ‘Coordinadora Democrática’), ‘Ni un muerto más’ (Alianza Cívica), ‘Canto por la vida’ y ‘Recoger’ (Coordinadora Democrática), y ‘Prohibido olvidar’ (donde incluso participa como talento una locutora de RCTV). Todos estos mensajes constituyen violación al literal ‘m’, Artículo 53, del Reglamento de Radiocomunicaciones, y el literal ‘d’, Artículo 4, del Reglamento Parcial sobre Transmisiones de Televisión.
En la próxima entrega, con todos estos aportes (delitos) que dio RCTV para lograr la primera Ley hecha en la historia para regular la radio y la TV, conoceremos la última batalla que dio al pueblo venezolano, a través del Estado, por primera vez, el control de la televisión nacional de señal abierta.