A Pola
tiene cuatro años y se refiere a nosotros como los humanos
los humanos comen con cubiertos
los humanos saludan así
los humanos duermen demasiado
Es el cielo rojo
pequeña para escapar de las mentiras
Se oculta en la esquina
La esquina es mi corazón
Sabrá que vive en guerra
aprenderá a matar
y a no morir
sabrá de mí al regar la foto que crece entre sus manos
Dirá de mí que aprendí con ella
a saltar el llanto que se acumula en las orillas
a sonreír despacio
Dirá que un día tuvo miedo de mí
Le gustan los pájaros que se confunden con los árboles
Alguna vez se creyó semilla
y desde entonces llora todas la noches antes de cerrarse
para crecer
Quiere estirarse tanto como para alcanzar al azulejo
como para no desenterrarse de mí lado
No sabe ser hija
y yo tampoco ser madre
es mía como mío es el viento
soy suya
Mi hija nació propietaria
y el pecho de los propietarios es un candado
No sabe callar
desconoce las formas del silencio
La boca que yerra sabe que la palabra es tramposa
y una por pequeña que sea puede caer en su hueco
Y qué puedo hacer
sino dejarla caer
prestarle mi mano
y mis ojos para mirar con ella los ojos del infierno
Y cuando lea esto
me preste sus ojos
su cielo rojo
su llanto
su infierno
para saber cómo comen los humanos
cómo saludan los humanos
si duermen los humanos.