Cuando terminé la escuela primaria, mi concepto de dictadura era pobre y lejano. Para mí una dictadura era sólo una forma de gobierno presidencial, no electo por el pueblo, casi siempre formado por juntas militares y consumado mediante golpes de Estado.
Pero llegó el liceo y fui conociendo mundo. Supe entonces que dictadura era algo más que no votar: era persecución, asesinatos, desaparecidos. Supe de Videla, Pinochet, Somosa, Plan Cóndor y Escuela de las Américas.
Ya entrada en la universidad, privada y privativa, me di cuenta que dictadura era mucho más que lo que se podía decretar. Dictadura era silencio en clase, era no responder ciertas preguntas, era pagar una matrícula de persecución.
Hoy dictadura es algo muy distinto a una forma de gobierno.
Dictadura es terror.
Es fuego y lluvia de piedras contra madres y recién nacidos.
Es temor a estar en la calle cuando unos pocos se vuelven locos.
Es el llanto de familias incompletas, destrozadas por el odio.
Es no usar cierta ropa para salir de casa.
Es un ‘ojalá’ para que los míos estén a salvo de los violentos.
Sólo hay algo en mi concepto de dictadura que no cambió con los años:
Todas son derrotadas por el pueblo, tarde o temprano.
@simgle
DesdeLaPlaza.com/Eglims Peñuela Lovera