La piel el órgano más extenso y de mil terminaciones, el lienzo perfecto para trazar las líneas del recorrido de las zonas erógenas. Además de la genitalidad, existen otras áreas que brindan mucho placer y saber acariciarlas es todo un arte. La mayoría de la personas alcanza su pico de excitación sexual a través de las caricias; son imprescindibles para lograr los orgasmos. Desde esta plaza de mucho placer vamos a enumerar algunas de las caricias más deseadas por los caballeros.
¿Qué partes del cuerpo hay que acariciar?
Gran pregunta y de muchas mujeres, recordemos que las zonas erógenas, es decir, aquellas partes del cuerpo que presentan mayor sensibilidad y cuyo estímulo activa sexualmente a la persona que recibe la estimulación. Si bien las distintas zonas pueden resultar más o menos erógenas para diferentes personas, hay algunas áreas que, ya sea por su alto contenido nervioso o porque nos hemos condicionado a asociarlas con placer, provocan abundante excitación.
Es un clásico pero muy solicitado, las caricias en el cabello y masajear el cuero cabelludo puede ser una fuente de gran placer. Va a ayudar a que la pareja se relaje y libere tensiones, especialmente al principio de la relación sexual. La relajación es esencial para que se pueda generar buena tensión en el cuerpo y para que el ciclo de respuesta sexual funcione adecuadamente. No podemos olvidar los ojos, la boca y la lengua. Siempre deben estar presente los besitos suaves sobre los ojos cerrados funcionan muy bien para estimular los nervios parasimpáticos de los párpados produciendo una relajación que hace más sensible la relación. A su vez, la sensibilidad de los labios aumenta con la excitación y se vuelven muy sensibles al roce y al contacto con otros labios. Además, la lengua es una excelente receptora de sensaciones sexuales y es el órgano que mejor estimulación provee a cualquier parte del cuerpo.
No dejen pasar el lóbulo de la oreja, la parte de atrás de ella y el pabellón auricular aumentan en sensibilidad a medida que va creciendo la excitación. Pueden lamer, soplar o mordisquear, pero siempre con mucho cuidado porque es una zona que requiere de cuidado. También pueden probar qué sucede si le susurran palabritas hot al oído. También, pueden estimular la nuca, el cuello y los hombros de manera manual u oral, besando y/o lamiendo.
Aunque para algunos hombres las caricias en los pezones les producen cosquilleo, es una parte del cuerpo en la que hay una infinidad de terminaciones nerviosas que se excitan fácilmente al tacto, con una lamida o simplemente al soplarla.
No puedo dejar de mencionar la zona del Perineo y ano, un área de gran sensibilidad y erotismo, y se puede estimular oral o manualmente. La estimulación anal también puede ser súper placentera para ellos, pero son muchos los que no se animan a probarla porque la asocian con prácticas homosexuales. Se trata de uno de los tabúes más grandes del sexo y que nos les permite disfrutar de unas caricias que podrían potenciar muchísimo sus orgasmos. Dada la cercanía a los genitales, las caricias en esa zona pueden ser sumamente eróticas. El pene, los testículos y el Punto P o punto prostático integran la genitalidad masculina. Puedes estimular el pene y los testículos manual u oralmente, mientras que el Punto P se estimula con un dedito. Si bien es clave para que el hombre logre un orgasmo explosivo, la mayoría de ellos se niegan a semejante placer porque hay que atravesar el ano, aunque también se puede estimular externamente cuando se acaricia el perineo. Es cierto que el recorrido por el cuerpo de la pareja encuentra su punto más excitante cuando llegas a esta zona, pero no tiene porqué ser el destino final. Puedes reiniciar tu viaje una y otra vez, alternando las paradas prolongan el orgasmo y rompen con la monotonía.