Sí, taquicardias en el clítoris, sublimes pero que nos puede llevar a acelerar el ritmo cardíaco y lo mejor el «ufffff» a gritar.
Cada mujer va descubriendo su sexualidad que la lleva a trazar su mapa erótico. Allí vamos plasmando qué nos gusta, cómo y en qué frecuencia. Pero, para lograr ese empoderamiento de nuestro cuerpo debemos reconocerlo y atrevernos a explorar sus zonas. No hace falta un GPS, para llegar a los lugares de placer.
En la anatomía femenina el clítoris ocupa un lugar especial; es una zona erógena por excelencia ya que es un punto de intensa sensibilidad capaz de ofrecerle a la mujer el placer sexual más intenso: el orgasmo. Es órgano sexual eréctil, cuya única función es producir placer sexual y orgasmos, y, que pueden disfrutarlo sola o en pareja, directa o indirectamente, cuantas veces quieras y a cualquier edad porque siempre mantiene su funcionalidad.
La respuesta clitorídea a los estímulos durante la fase de excitación es la tumefacción, es decir, aumenta de tamaño. Su sensibilidad se incrementa a medida que la fase de excitación progresa, lo que extiende el placer durante su correcta estimulación.
Hay que explorarse y tocarse
Sin dudas, el clítoris es súper sensitivo, tiene más de 8 mil terminaciones nerviosas por lo que requiere tocarse con mucha delicadeza. La sensibilidad del clítoris continúa hasta que la mujer deja de existir.
Cada una de nosotras somos diferentes y por eso les recomiendo a mirarse desnuda frente a un espejo para encontrar al fascinante clítoris y tocarlo o apretarlo con movimientos suaves de lado a lado con el dedo del corazón, hasta dar con la energía sexual y la excitación que las lleve a experimentar un orgasmo. Recuerden, que cada mujer es particular, la práctica les llevará a descubrir su forma favorita de estimularlo.
Son diferentes
Hay de diversos tamaños, formas y colores. Un aspecto a tener en cuenta en el desempeño sexual es que hay mujeres que tienen el clítoris más cerca de las paredes vaginales que otras y que esto podría distinguir si se necesita o no mayor estimulación. En la ducha, es otro lugar ideal para ir reconociendo la zona, acá pueden extender su tiempo debajo de la regadera para relajarse, y buscar la tranquilidad y privacidad para autoerotizarse.
Cuando ya tenemos ese conocimiento de nuestro cuerpo, viene los más interesantes, aprender a realizar los movimientos voluntarios de contracción para producir las taquicardias en el clítoris.
Los puedes realizar con o sin ropa, sentadas, acostadas. Eso sí ,los más importante es tener un espacio y combinarlo con pensamientos eróticos o fantasías. Apretar y relajar los músculos de los muslos hace que la sangre circule hacia el área vaginal y estimule el clítoris. También puedes contraer y relajar los músculos pélvicos para sentir placer. Poco a poco irán sintiendo más intenso los pum, pum en el clítoris acompañado de una lubricación y a las que se atrevan a uno o varios orgasmos.