El Neumococo es una bacteria que puede producir infecciones graves en los seres humanos, especialmente en poblaciones susceptibles, como los niños menores de 5 años de edad y los adultos mayores o pacientes con enfermedades que debilitan su sistema inmunológico.
El nombre de esta bacteria proviene de su capacidad para producir neumonía, sin embargo es causante de muchas otras enfermedades como la meningitis, la bacteriemia y sepsis (infecciones diseminadas en la sangre y órganos), sinusitis y otitis. La infección por este germen se adquiere por contacto con secreciones (saliva, mocos) de personas infectadas y es fácilmente transferible por estornudos, tos o contacto estrecho con pacientes infectados. Los costos de salud que suponen las infecciones por esta bacteria son muy elevados, así como la repercusión a largo plazo por sus severos daños, entre ellos trastornos neurológicos y sordera producto de complicaciones de la meningitis y la otitis media. Afortunadamente, gracias a la vacunación, la cual es segura y eficaz, son prevenibles las enfermedades graves y sus secuelas.
La vacuna contra el Neumococo forma parte del calendario infantil obligatorio en la mayor parte de los países del mundo y en Venezuela desde hace varios años se incorporó al cronograma vacunal nacional y se aplicaba gratuitamente, sin embargo ya desde hace aproximadamente 2 años, la distribución y acceso a la misma se ha hecho irregular y actualmente NO se cuenta con vacunas antineumococo disponibles en el sector público, lo cual es una falta grave pues su uso está aprobado dentro del esquema de inmunizaciones del Ministerio del Poder Popular para La Salud, según lo recomendado por las principales Sociedades y Organizaciones de Salud del Mundo incluyendo a la Sociedad Venezolana de Pediatría y Puericultura.
Cada día se están presentando más casos de infección por Neumococo y sin prevención posible a través de la vacunación, aunado a las condiciones de salud, higiene y alimentación cada vez más deterioradas en nuestro país, veremos cómo aumentan las consecuencias de esta terrible enfermedad.
La vacunación históricamente es una de las estrategias de mayor impacto preventivo de muchas infecciones por virus y bacterias que durante años han azotado a la humanidad, y que gracias a las inmunizaciones están erradicadas o son muy poco frecuentes; por lo tanto jamás debe mermar su disponibilidad ni su calidad. Es un derecho velar por su cumplimiento para garantizar que se mantengan controladas terribles epidemias perfectamente prevenibles en la actualidad.