Finalizaron las elecciones en Estados Unidos y, a pesar de lo que predecían todos los medios, ganó Donald Trump. Salvo algunas personas y los Simpson, todos daban como ganadora a Hillary Clinton. En mi país hablan del triunfo de Trump porque es alguien que está fuera del aparato de la política. Pero contrariamente de que digan que fue una derrota de los medios, no es así, ganaron los medios y, como en mi país, ganó un representante del aparato económico.
Entre las elecciones que hubo en mi país el año pasado y las de EEUU de este año hay más coincidencias que diferencias. Las mismas fueron manejadas por los medios, de distinta manera, pero manejadas para que gane el candidato de ellos. En Argentina crearon un demonio, Cristina Fernández, cuyo candidato debería perder y crearon un santo vengador, Macri, que debía ganar. Así fue, Macri, una de las personas con más denuncias, que fue procesado y condenado por evasión de impuestos, que administró mal el club Boca, que robó con la venta y compra de jugadores, fue elevado como paladín de la justicia. Los medios de comunicación llevaron al extremo el odio hacia la figura de la ex presidenta. En mi país ganó el odio y no la propuesta de Macri, que nadie la conocía a ciencia cierta.
En EEUU, Trump se presentaba, ante y por los medios, como el loco que proponía muros, que iba a erradicar a los ilegales pero que, también iba a restaurar el empleo cuya tasa había caído en los últimos años. Iba a restaurar la industria que había caído. Iba a devolver a EEUU el Americam Dream. Los medios daban por ganador a Hillary. Pero hay que tener en cuenta dos elementos, en EEUU el voto no es obligatorio y que el sistema de elección presidencial por cantidad de electores, favorece a los estados netamente republicanos como Florida. Hillary era presentada por los medios, como la continuidad de un sistema que había fallado. Los mismos medios que le dieron publicidad a los mail del FBI eran los que la presentaba como confiable ganadora. Eso hizo que los votantes de ella se relajaran y no fueran a votar, favoreciendo el voto republicano.
Hillary hubiera ganado las elecciones si éstas fueran por voto directo, pero las perdió porque se eligen electores, en un sistema que se presta al fraude, esto mismo pasó con Al Gore.
En Argentina, Macri empresario multimillonario ganó por el odio y las dudas que los medios sembraron en la población contra su rival. En EEUU, Trump empresario multimillonario ganó por la excesiva confianza que los medios sembraron en la población que iban a ganar los demócratas y, por un sistema electoral corrupto en sí mismo. En ambos casos los dos son los elegidos por el poder económico para, no gobernar indirectamente mediante un interlocutor político, sino para directamente gobernar con uno de ellos en el poder.
