¿Qué harías si un buen día fueses asaltado, amordazado e introducido en el interior de un maletero? Probablemente, poco, incluso en el caso de que tuvieses la posibilidad de librarte de la mordaza. ¿Qué se puede hacer contra alguien que ha decidido secuestrarnos para obtener un beneficio económico, y que probablemente no destaque por su equilibrio mental o se encuentre bajo los efectos de diversas sustancias? Nada de esto es lo que pasó por la cabeza de una joven estudiante de psicología de California, que el pasado domingo consiguió convencer a su captor de que la dejase en libertad poco después de ser secuestrada.
Eran las tres y cuarto de la tarde del pasado domingo 8 de junio, y tras una mañana de compras la joven se dirigía a su carro en el estacionamiento del complejo de University Towers cuando un hombre vestido de negro la agarró y la introdujo en el maletero de un Nissan Sentra de cinco puertas, donde recibió varios golpes. “Fue atada y se colocó algo sobre su cabeza”, ha explicado a la prensa Rick Cobb, del Departamento de Policía de Riverside en California. Después, condujo durante alrededor de media hora, el período de tiempo en el que se produjo el cambio de opinión.
Cómo tratar con un secuestrador
Afortunadamente tanto para la secuestrada como para, probablemente, el secuestrador, la joven consiguió liberar sus manos y quitarse lo que le cubría la cabeza. Algo que la permitió dirigirse al secuestrador. “Nuestra conjetura es que, en primer lugar, era muy docta en psicología y, en segundo lugar, que fue valiente y rápida de reflejos para decidirse a hablar con él, lo que básicamente condujo a su liberación”, ha añadido el policía. “Es una chica muy valiente que se encontraba en una situación peligrosa, pero no entró en pánico y usó todo lo que tenía a su mano para que la devolviese al parking”.
Aunque se desconoce el contenido exacto de la conversación, se ha especulado con las estrategias que la joven pudo seguir para disuadir a su secuestrador. “Fue capaz de calmarlo, convertirse en su amiga, y mientras lo hacía, conseguir que sintiese compasión por ella y la decidiese liberar”, como finalmente ocurrió apenas tres cuartos de hora después de su secuestro, sin que la joven fuese asaltada sexualmente o robada.
Si hubiese sido un criminal brutal y demente, no sé si este grado de inteligencia e ingenio habría servido de algo
Sin embargo, no todo el mundo se muestra de acuerdo con que haya sido su formación como psicóloga el factor decisivo en su liberación. Bob Ricco, el director del departamento de psicología de la Universidad de San Bernardino dice que el éxito de la joven dice más de ella como persona que de su aprendizaje, que sólo habría influido parcialmente: “Como profesor, creo que en ese punto de la carrera los estudiantes pueden haber sido expuestos a alguna clase con contenidos centrados en la importancia de entender los puntos de vista de otras personas y tener algo de habilidad en estos asuntos”, señalaba Ricco.
Pero existen cosas que una carrera no puede enseñar, recuerda el psicólogo, y una de ella es reaccionar en una situación límite. “No estoy seguro de si le daría más crédito del que merece”, manifestó Ricco, “Pero desde luego que alabaría su respuesta y cómo consiguió mantenerse a salvo. Me da la impresión de que hizo cosas que tenían mucho sentido, como apelar a su sentido de la compasión”. El jefe de policía del estado de Riverside ha relativizado el logro de la joven, ya que manifestó que “si hubiese sido un criminal brutal y demente, no sé si este grado de inteligencia e ingenio habría servido de algo”. Así que una última recomendación: no lo intenten en casa
Desde la Plaza/El Confidencial/AMH