Comentarios libres acerca de las prácticas creadoras en la transformación social
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Soy un pintor socialista. Entiendo claramente mi papel en esta construcción social compleja, difícil y hermosa. Hago imágenes desde mi experiencia personal, pero con la consciencia clara de que pertenezco a un espacio tiempo determinados por la historia y por las circunstancias de estas tierras.
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No hay universalidad en el arte si no se parte de lo estrictamente local. Y esto no solo rige para lo formal y los conceptos, sino que es clave en el uso matérico, en la concepción física de la obra. Sin temor a ser llamado localista o anti vanguardia, o negador de las visiones contemporáneas, en estas tierras están todas las cargas históricas, materiales, espirituales y simbólicas para hacer el arte ahora.
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La esencia capitalista en las artes visuales no es solo vender la obra o insertarla en un mecanismo mercantil, sino negar, desde las prácticas creadoras, el valor de la cultura propia y asimilarse miserablemente a las culturas dominantes buscando un reconocimiento envilecido.
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Tengo el derecho a vivir del trabajo que libremente escogí por vocación y pasión. Le exijo al Estado que contribuya a crear las condiciones mínimas ideales para que cualquier venezolano se dedique a las artes sin necesidad de que esto sea un calvario ni un camino de frustraciones. No le pido al Estado que controle ni rija la economía cultural ni mucho menos sus mecanismos creadores, sino que garantice la salud social y la plenitud de los espacios para que germinen artes y artistas.
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Pareciera anacrónico pensar en cómo sería el trabajo de un pintor socialista. Nos viene a la mente la corriente pictórica del realismo socialista soviético, el arte oficial chino, o el trabajo creador de los cubanos durante el período especial. Diría que cada arte socialista es fruto de su tiempo y de sus condiciones históricas. Lo cierto es que cualquiera de los ejemplos anteriores siempre buscó defenestrar los mecanismos de dominación imperial, buscó fortalecer la posibilidad de que los pueblos emancipados hicieran su arte en paz.
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El arte socialista es un arte de libertades, es un arte emancipado de los poderes políticos, del mercado y de las frivolidades de la cultura burguesa, de la tiranía académica y de las manipulaciones teórico críticas. El arte socialista es un mecanismo simbólico y material enraizado en la cultura originaria y consciente de su papel en las relaciones sociales y en la construcción de mejores condiciones de vida. No creo que estas libertades le resten nada a la expresión personalísima que es también el arte.
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Algunos pretender decir que el arte está por encima de cualquier pretensión política, inclusive de cualquier responsabilidad social o de cualquier sentido de pertenencia. Esta es una postura política completamente ingenua, manipuladora y extremadamente petulante. El arte es producto de sus espacio tiempo y de la sensibilidad humana sometida a los avatares de la historia.