Es una verdad universalmente conocida que la familia real británica, asomada al balcón del palacio de Buckingham, debe mantener la compostura, la formalidad. De ahí la cara (y el consiguiente gesto) que se le quedó a la reina Isabel II durante el Trooping the Colour, el desfile con exhibición de los pilotos de la Real Fuerza Aérea británica que cada mes de junio se celebra por el cumpleaños de la soberana.
La cara la monarca es un poema cuando se da cuenta de que su nieto Guillermo de Inglaterra, segundo en la línea de sucesión al trono, se queda sentado en plena exhibición al lado de su hijo, el pequeño príncipe Jorge, el marido de Catalina de Cambridge apenas se da cuenta de que miles de ojos están posados en él… y «Su Majestad» se enfada.
La reina tiene entonces un gesto común de tantas abuelas cuando quieren que los más jóvenes respeten la etiqueta de las ocasiones formales: Isabel II le da un golpecito a Guillermo en el hombro y, cuando el joven voltea, le llama la atención con un discreto «¡Levanta!».
Come for the queen scolding William, stay for the George facepalm. pic.twitter.com/etvmofiU5m
— Brandon McGinley (@brandonmcg) June 15, 2016
La escena no pasó inadvertida para muchos en Internet, que la han convertido en un divertido minivídeo y rápidamente se convirtió en uno de los momentos de la semana más compartido y comentado de las redes sociales.
Queda entonces demostrado que nunca se es lo suficientemente principe ni lo suficientemente adulto para un buen «jalón de orejas» de la abuela.