Televisión venezolana: del apoyo a la democracia, al golpismo – 11 de abril, una batalla que se dio EN EL AIRE – ¿Cómo unos contactos telefónicos y un pueblo comunicador derrotaron a la más grande maquinaria informativa jamás utilizada contra Venezuela?
Del lado de los gobiernos (que entonces era estar ‘del lado de la democracia’), estuvo la televisión privada y, por supuesto la pública, durante las insurrecciones de septiembre de 1958, y las que lideraron los movimientos excluidos por el pacto de las derechas venezolanas, secundando órdenes de Estados Unidos.
Del lado de los gobiernos estuvo la televisión durante ‘El Porteñazo’, ‘El Carupanazo’, durante la lucha guerrillera, durante la rebelión de la Universidad Central de Venezuela, durante las múltiples manifestaciones que fueron creciendo a medida que el modelo puntofijista fue fracasando en lo económico y social (las cuales eran cubiertas con estricto rigor periodístico, dando espacio a todas las opiniones, de manifestantes, y del gobierno).
También del lado del gobierno estuvo la televisión durante ‘El Caracazo’, limitándose solo a cubrir los eventos del día. En este caso la TV ‘se culpabilizó’ por difundir los saqueos; creyeron que ellos, y no la crisis que terminó de hacer estallar el paquete neoliberal de Pérez, fueron los promotores de esta rebelión. En el fondo, dicha ‘culpabilidad’ partía de la conveniencia que algunos directivos de medios vieron en ‘El Caracazo’ para sus planes político-corporativistas,
Y, por supuesto, del lado de los gobiernos estuvo la televisión durante las rebeliones militares de los noventa, especialmente la del 4 de febrero.
El ‘espacio’ dado a Chávez no fue otra cosa que la prueba del líder de la insurrección, rendido, llamando a sus compañeros a deponer las armas. Lo que Chávez dijo, y su efecto en el pueblo, fue logro suyo, no de la televisión,
Hace catorce años, y por primera vez en la historia de las insurrecciones que marcaron sus primeros 50 años (1952-2002), la televisión privada se unió en ‘una sola voz’ contra un gobierno legítimamente constituido, hasta el punto de apoyar todas las acciones que llevaron a su derrocamiento inconstitucional.
La televisión privada buscó dar a ese 11 de abril de 2002, y al posterior gobierno golpista, el mismo tratamiento mediático que produjo la caída del dictador Pérez Jiménez, y el ambiente de cambio y alegría del pueblo en esos días de enero de 1958. Por eso no debe extrañarnos que a Andrés Izarra, entonces con responsabilidades en RCTV, se le ordenó: ‘cero chavismo en pantalla’.
La batalla se dio en el aire, hasta el punto que el cierre de VTV el 11 de abril marcó el derrocamiento del gobierno, y la restitución de esta misma la señal el 13 de abril, marcó su regreso.
¿Y cómo en medio del silencio, impuesto por la dictadura de Pedro Carmona Estanga (si, las dictaduras también pueden estar en manos de civiles, como Salazar en Portugal, ‘Papa Doc’ en Haití, Balaguer en República Dominicana, Bordaberry en Uruguay, Fujimori en Perú, y Micheletti en Honduras) se pudo restablecer la información, y con ella, la constitucionalidad?
El pueblo, como en todas las gestas por su libertad, fue el gran protagonista del rescate comunicacional, usando los escasos medios a su alcance: Algunas radios valientes, como ‘Fe y Alegría’, una página asediada entonces: ‘antiescualidos.com’, que en su foro informó los primeros alzamientos contra la dictadura de Carmona el 12 de abril de 2002, en El valle y en la Panamericana, rumbo a fuerte Tiuna, y una comunicación casi ‘boca a boca’, a través de mensajes de texto.
En nombre de la libertad de expresión, y de la democracia y libertad que hoy vivimos, gracias al bravo pueblo, que siempre ha lanzado el yugo, respetando la ley, con virtud, y honor.
DesdeLaPlaza.com/Ennio Di Marcantonio