Mujer Budista alcohólica fundó su propio monasterio y hoy es recordada como un legado espiritual

En las afueras de la ciudad de Bangkok, capital de Tailandia, se sitúa a los pies de una cumbre rocosa el templo de Wat Thamkrabok.

En el patio de este monasterio uno se puede sentar a la sombra de árboles centenarios.

Pero no siempre hay calma. En ocasiones, el silencio lo rompe una arcada, y luego otra, y otra. Ocurre cuando un monje vierte en varios vasos un líquido oscuro y se los entrega a los visitantes temporales. De hecho, se dice que el oscuro brebaje se hace en base a su receta original.

Brebaje negro de desentoxicacion

Estos lo beben e inmediatamente vomitan, arrodillados frente a la reja de un profundo drenaje.

Mientras, los monjes les dan ánimos, les recuerdan que deben seguir tomando agua del cubo metálico que cada uno de ellos tiene al lado y posan sus manos sobre los hombros desnudos de los sufrientes.

Adictos

Los que se someten a tal castigo son adictos a las drogas y al alcohol. Lo que parece una penintencia es el programa de desintoxicación para adictos al opio que puso en marcha budista Luang Poh Yaai en 1959, líder budista.

Luang Poh Yaoi

Poh Yaai era experta en hierbas medicinales y fue la primera en vivir como  monje budista en Tailandia, donde las autoridades prohíben la vida monacal a las mujeres. De hecho, fundó su propio monasterio, cuando ella misma fue alcohólica.

Hoy, medio siglo después, se la recuerda en cada rincón del monasterio, por ejemplo, en el taller trasero se apilan decenas de estatuas a medio hacer que representan a Luang Poh Yaai.

Estatuas de Luang Poh Yaoi

Vidas pasadas y ancestrales

No hay mucha información sobre los primeros años de Luang Poh Yaai.

De acuerdo a Ian G. Baird, doctor en geografía de la Universidad de Winconsin-Madison, Estados Unidos, y experto en el sureste asiático, cuando ella era niña solía decir que podía recordar sus vidas pasadas y comunicarse con los espíritus.

Después se casó y tuvo dos hijos, pero abandonada por su marido y condenada a vivir en un barrio marginal de Bangkok, se convirtió en alcohólica.

A los 40, más o menos, Poh Yaai volvió a recordar sus vidas pasadas, dejó de beber y se hizo monje budistamae chee, de las que visten de blanco de la cabeza a los pies y se rapan el pelo. Fue en 1957 cuando fundó su propio templo junto a dos sobrinos.

«Una vez fue arrestada en otra provincia y acusada de imitar a un monje, algo ilegal en Tailandia», cuenta Phra Ajahn Boonsong quién estudió con Poh Yaai durante tres años, hasta que ella murió en 1970.

«Explicó a las autoridades que se hizo monje para dejar de pecar y no para aprovecharse de otros. Así que al final la dejaron ir».

Luang Poh Yaoi 2

Pero su historia sigue siendo desconocida en Tailandia, a pesar de lo importante que fue ella para varios.

Pionera

«Parecía que estaba conectada con el divino espíritu y que fue él el que le habló de la hierba medicinal que usaría después (en el tratamiento de desintoxicación)», explica Dhammananda, quien se ordenó monje en 2001.

Dhammananda trabajó en la academia y en la televisión, y es mujer.

Dhammananda

Viajó a Sri Lanka, donde no está prohibido que las mujeres sean monjes budistas, y se ordenó.

Regresó a casa como la primera monje tailandesa ordenada en la tradición budista therevada y hoy es abadesa del monasterio de Songdhammakalyani en Nhakon Pathom, al oeste de Bangkok.

A pesar de que en Tailandia siguen siendo mal vistas, hay en el país unas 100 monjes mujeres budistas. Todas ellas, fueron ordenadas en el extranjero.

«Al principio me gritaban: ‘¿Cómo te atreves a llevar esas ropas?’. ‘Bueno, soy una monje, una mujer monje, ¿qué otra cosa quieres que vista?’, les respondía», recuerda.

15 de las monjes viven en el monasterio de Songdhammakalyani, entregadas a una vida de meditación y austeridad.

Y también trabajan, manteniendo las tierras del monasterio, ofreciendo talleres en prisiones y dando la bienvenida al público que quiera participar en las sesiones y que busca ayuda.

«Pero hoy miro atrás y me doy cuenta que, si no hubiera existido aquella mujer, el movimiento no habría comenzado». 

DesdeLaPlaza.com/BBC mundo/RS