Cuando escuché por primera vez, la frase del Guerrillero Heroico Ernesto Ché Guevara «El capitalismo es el mayor genocida de la historia» inmediatamente vinieron a mi mente las imágenes de las millones de muertes consecuencia de las guerras, hambrunas y pandemias alrededor del mundo, que han sido alentadas, promovidas y justificadas por la voracidad de acumulación.
Asimismo, de manera silenciosa, los patrones de consumo que se han impuesto, también atentan contra la vida. Podemos observarlo en el incremento de enfermedades cardiovasculares, diabetes, entre otras patologías que son consecuencia del sistema dominante. Paradojas del capitalismo, mientras mata a unos de hambre, mata a otros por los excesos en su alimentación.
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Y más allá de las muertes que el capitalismo ha provocado en generaciones anteriores y en la nuestra, lo más peligroso es que se ha venido hipotecando el futuro. La contaminación del aire, de los cuerpos de agua, la desertificación, el calentamiento global, son elementos que configuran un alto riesgo para la supervivencia de la especie humana y el planeta.
Vivimos la mayor crisis ambiental de la historia, en nombre del desarrollo se han socavado los equilibrios ecosistemicos. El principal reto de la humanidad está en refundar su relación con la pachamama, estableciendo nuevos patrones de producción y consumo que superen a los impuestos por el sistema capitalista, que nos ha convertido en cómplices silenciosos del mayor genocidio de la historia.
DesdeLaPlaza.com / Heryck Rangel