Hay una división en la sociedad que nadie habla o muy pocos tratan, una división que está fomentada por los medios a través de la publicidad y, que genera más odio y violencia que cualquier otra. La división entre los que pueden comprar y consumir lo que quieren y los que sólo compran y consumen lo que pueden o ni siquiera eso. Generando en algunos sectores de la sociedad una insatisfacción que sólo generan bronca y rencor.
No sólo hablamos de una división entre pobres y ricos, esta división va más allá de eso. A esta división la centraremos en el consumo, los que pueden consumir lo que quieren y los que solamente pueden consumir lo que les alcanza. Hablamos de familias que, quizás y a pesar de que tienen ingresos, no pueden consumir lo que quieren porque éstos alcanzan simplemente para cubrir sus necesidades básicas.
Hablamos de familias que no tienen ingresos, que viven de recoger basura, de recoger papel, cartones y venderlos. Hablamos de familias con muchos hijos, porque los planes de salud reproductiva, los planes de planificación familiar se escuchan a lo lejos, como silbato de tren que llama pero no se acerca.
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Hablamos de jóvenes desocupados o sub ocupados, que venden su tiempo por dos pesos, que venden droga para comprar droga que les hagan olvidar que no pueden ser como los jóvenes que nos venden la publicidad. Hablamos de chicas que la única diversión barata es tener sexo y hasta a algunas les da plata, pero sin cuidarse. La publicidad nos vende la sexualidad como un limbo, y en el limbo no hay enfermedades ni embarazo.
Vivimos en una sociedad donde constantemente estamos bombardeados por la publicidad, mostrando un nivel de vida que no todos pueden alcanzar, mostrando como la meta de la felicidad, el poseer bienes materiales, algunos totalmente innecesarios.
Hablamos de una división que a nadie le interesa dar a conocer, porque ataca la raíz misma del poder: El consumo. Consumir, consumir, consumir comida, plástico, ocio, televisión, comunicación.
Estamos tan comunicados, que al final estamos incomunicados, nadie habla si no es por celular, wattsap, internet, twitter, etc. y cuando nos encontramos cara a cara no nos reconocemos y no sabemos qué decir.
Todo se vende, todo se compra, y los que no lo pueden hacer son marginados, son grasas, son los excluidos de la sociedad, que lamentablemente quieren entrar a esa sociedad cueste lo que cueste. Vendiendo lo que sea, drogas, armas, su cuerpo. Robando o matando. Lo importante es ser parte de la cadena de consumo, cómo lo hacemos no importa. Nos matarán, pero seremos famosos y tendremos novelas que digan lo malo que somos, pero nunca que estuvimos aislados de la sociedad.
DesdeLaPlaza.com / Nito Biassi