No podíamos dejar de dedicarles unas líneas a los rostros de esas mujeres venezolanas y del mundo que a cada minuto son víctimas de la agresión psicológica o física de su pareja.
La violencia de género es un grave problema social que impacta sobre mujeres de todas las edades, culturas y situaciones socioeconómicas. El mayor obstáculo para erradicarla es su naturalización, amparada en la desigualdad estructural de poder que existe entre las mujeres y los hombres. Estas pautas culturales están muy arraigadas en las sociedades, por eso es tan difícil el reconocimiento de la violencia como una violación de derechos y, por lo tanto, un delito, no algo normal y natural.
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Hay señales de alerta que son claros indicadores de una relación violenta: los celos, la humillación, el sometimiento al silencio, el control del modo de vestir y de las salidas, la exigencia de que la novia o la pareja tenga el celular siempre prendido y de que responda sin demora. La violencia emocional o psicológica aparece así disfrazada de amor y si no estamos alertas es poco visible y de manera lenta y progresiva va socavando las posibilidades de incrementar las conductas agresivas.
En nombre del amor se mata, se golpea y se degrada a las mujeres en una sociedad en la que aún perduran las bases patriarcales que habitan en los pensamientos de muchos hombres.
Estas frases son muy común escucharlas como justificación de esas conductas agresivas: “Si le pegó, es por algo”. ¿Cuántas mujeres piensan que los insultos que le dicen sus parejas no son violencia?, “le gusta que la traten mal, porque si no ya lo hubiera dejado”,“que habrá hecho ella para que él le pegue”, “aguanta por tus hijos”.
Como reconocer a un hombre violento
El agresor procede de cualquier clase social, sin distingo de nivel cultural ni económico. En el 80% de los casos la conducta del agresor no está ligada al consumo del alcohol o drogas.
El agresor no es una persona violenta de forma habitual; ejerce la violencia sólo contra su mujer. La mayor parte de los agresores no presentan patologías mentales. Sin embargo, en todos los casos aparecen alteraciones psicológicas en el ámbito del control de la ira, la empatía y la expresión de las emociones, así como en la habilidad de comunicación y solución de problemas.
Hasta los momentos, la posibilidad de recuperar a un agresor no son muy alentadoras, y la causa fundamental es que en éste no existe sentimiento de culpa porque atribuye la responsabilidad a la víctima, a la familia, al estrés laboral o al alcohol.
Los hombres agresores tienen graves obstáculos para reconocer y aceptar sus sentimientos como la tristeza y el dolor emocional, que a menudo se denigra como sensiblería femenina. Muchos agresores vivieron violencia doméstica en su entorno y/o en lo personal, y crecieron con estereotipos equivocados de lo que debe ser un hombre y una mujer.
Mitos sobre la violencia basada en género
Las afirmaciones referidas a continuación reflejan creencias erróneas, estereotipos y prejuicios heredados de generación en generación en distintas sociedades, incluyendo la venezolana, pero que no se corresponden con la realidad y que han sido ampliamente refutados por la investigación científica.
La violencia contra la mujer es un asunto privado que debe ser resuelto en la familia. La violencia familiar contra la mujer frecuentemente es provocada por el comportamiento de la mujer. La violencia familiar contra la mujer es producida por el consumo de alcohol y/o drogas. En familias de bajo nivel educativo es más frecuente la violencia familiar contra la mujer. Los problemas económicos inciden en la violencia intrafamiliar contra la mujer. La violencia familiar es una consecuencia natural de los desacuerdos entre las personas. Si las mujeres quisieran podrían salirse de una relación donde hay violencia familiar. La violencia contra la mujer ocurre primordialmente en familias desestructuradas.
Vencer el miedo
El miedo está entre las principales dificultades que enfrenta una mujer maltratada. Ella tiene en su cuerpo y sus emociones el registro de que cualquier cosa que haga puede ser usada como argumento para que su pareja se violente. Las amenazas o la posible venganza del agresor generan un clima de terror que la paraliza. No hay que olvidar que el mayor porcentaje de femicidios ocurren cuando la mujer decide separarse.
Las mujeres que sufren hostigamiento psicológico y/o agresiones físicas por parte de sus parejas y logran tomar la decisión de denunciarlos saben que no es una situación fácil. En el camino deberán superar varios obstáculos y enfrentarse no sólo con el agresor, sino con los prejuicios sociales, las dificultades económicas y con ellas mismas. El acompañamiento de alguna amiga o familiar es muy importante, por eso si en este momentos estas líneas te recuerdan a alguien no esperes más acompaña a denunciar.
En Venezuela desde 2007 entró en vigencia la Ley Orgánica sobre el Derecho de la Mujeres a una Vida Libre de Violencia, la cual tiene por objeto garantizar y promover el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia, creando condiciones para prevenir, atender, sancionar y erradicar el crimen contra las mujeres en cualquiera de sus manifestaciones y ámbitos, impulsando cambios en los patrones socioculturales que sostienen la desigualdad de género y las relaciones de poder sobre las mujeres, para favorecer la construcción de una sociedad justa democrática, participativa, paritaria y protagónica. Este instrumento legal cuenta con 123 artículos y 7 disposiciones transitorias.
Dónde acudir
Centros de Información, Atención y Órganos de Denuncias de Violencia de Género
Instituto Nacional de la Mujer (INAMUJER)
Línea gratuita: 0-800 MUJERES 0-800-6853737
Defensoría del Pueblo
Teléfono: 0212-578.31.53/0212- 575.47.03, (0212)5760371
División de atención a la violencia contra la mujer y la familia de la CICPC
Teléfono: 0212-576.87.19/ 576.21.91
Oficina de Atención a la Víctima de la Fiscalía General de la República
Teléfono: 0-800-FISCA-00 (08003472200)
Ministerio Público
Teléfono: 0800-34722-00
DesdeLaPlaza.com /Rina Morales Mera – Orientadora en Sexologia @Rinamoralesmera