La zona ubicada en las inmediaciones de Palmira en el centro de Siria, es estratégica para el Estado Islámico (ISIS por sus siglas en inglés), ya que ahí se encuentra uno de los yacimientos de petróleo más grandes del país. Y vendiendo el crudo los terroristas logran ganar millones de dólares.
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El grupo extremista se apoderó de al menos nueve de los principales campos en la región. “El EI ha tomado el control de casi toda la infraestructura petrolera de Siria. (…) En Irak, el EI también controla una parte considerable del crudo y ganan al menos 2 mil millones de dólares con su venta al año”, afirma el presidente del Instituto de Oriente Próximo de Rusia, Yevgueni Satanovski, citado por el canal ruso Rossiya.
Según revelaron recientemente los documentos obtenidos por Financial Times, los acuerdos de compra se sellan en el lugar de producción, donde los comerciantes independientes compran el petróleo para su posterior reventa.
El presidente del Centro de Comunicaciones Estratégicas, Dmitri Abzálov, señala queuna parte considerable de este crudo, más del 50%, hasta hace poco terminaba en manos de compañías estadounidenses. Con el dinero obtenido, el grupo islamista compra equipo militar, como: lanza granadas y todo tipo de municiones y armas necesarias.
“El petróleo es uno de los componentes clave del auge de los terroristas. Si la coalición de EEUU realmente quisiera deshacerse de los militantes, en primer lugar habrían destruido la infraestructura petrolera de los terroristas, pero no lo hacen. ¿Por qué? Porque los militantes sirven a los intereses de Occidente, y en particular los de EEUU, que, a su vez, entiende que si privan a los militantes de su principal fuente de financiación, los terroristas dejarán de obedecer, algo que ahora permite a Washington mantener la región bajo tensión”, opina el redactor jefe de la revista británica Politics First, Marcus Papadopoulos.
DesdeLaPlaza.com/RT/KM