La cara de preocupación del argentino Lionel Messi al abandonar el hospital cojeando no ha dejado de generar dudas y reacciones contradictorias, porque la previsión de los dos meses parece demasiado optimista.
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No es la primera vez que el físico de Messi genera dudas y muchas preocupaciones en las filas blaugranas. Hay partidos en los que desaparece por culpa de sus inexplicables arcadas, con más de una vomitona sobre el césped en lo que parece un complicado problema digestivo. A esto se le suma un largo historial de lesiones que ha alcanzado su clímax con la reciente rotura del ligamento.
La sobrecarga de partidos durante el verano en la Copa América, así como una exigente pretemporada en la que el Barcelona disputaba la Supercopa de España y la de Europa, han hecho que su rodilla diga basta.
Por lo general, éste tipo de lesiones intentan tratarse sin cirugía para evitar los riesgos implícitos en una perforación que podría hacer que su rodilla no vuelva a ser la de siempre. Imaginar las catastróficas consecuencias que esto tendría hace que a uno se le pongan los pelos de punta.
La pregunta es clara: ¿Va a volver a ser el de siempre? Porque las lesiones de rodilla han acabado con muchos futbolistas. Todo va a depender de cuántas fibras del ligamento están dañadas, y de si la zona afectada también forma parte de la unión con el menisco, lo que puede hacer que se pierda la temporada entera o que no vuelva a ser el Messi de siempre.
Compromisos publicitarios, sobrecargas constantes de partidos con un Barcelona que juega todas las competiciones posibles, así como titular indiscutible en Argentina con la clasificación para el Mundial de Rusia en mente, el futuro del argentino depende de su rehabilitación y de cuánto descanso se le pueda dar durante la temporada. Una opción casi inviable, y por lo tanto, muy preocupante.
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