Martin Shkreli, un hombre de negocios de 32 años, se ha convertido en una de las personas más odiadas de Estados Unidos después de comprar los derechos de Daraprim, uno de los fármacos que se utilizan para tratar el sida, y subir el precio de la caja de 13,50 dólares a 750 dólares. Un aumento del 5.555%.
“No es avaricia, es tener un negocio sostenible”, se excusaba el magnate en declaraciones al The New York Times.
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Shkreli es el fundador y director ejecutivo de Turing Pharmaceuticals. En una entrevista en Bloomberg, el empresario argumentó que esta era “la única forma de obtener beneficios”, ya que hasta ahora el precio original no cubría el coste de fabricación del medicamento.
El Daraprim lleva mucho tiempo en el mercado. Salió a la venta hace 62 años. “El aumento del precio puede obedecer a la escasez en el medicamento o a la estrategia de negocio de la empresa, que compra un medicamento antiguo y lo convierte en un fármaco más especializado y por lo tanto más caro. Eso es lo que ha ocurrido con Daraprim”, consideraba Shkreli en declaraciones a The New York Times.
Varios hospitales ya han dicho que no se ven capaces de afrontar el alza y que tendrán que recurrir a tratamientos alternativos que podrían no ser tan eficaces. Desde entonces, Shkreli ha recibido un aluvión de críticas a través de las redes sociales y los medios de comunicación.
La ola de indignación ha llegado incluso a las autoridades políticas. “Una subida de este calibre en el precio de los medicamentos es inaceptable. Debemos diseñar un plan para pararla”, juzgó Hillary Clinton a través de Twitter.
El Daraprim, conocido de forma genérica como pirimetamina, se usa para tratar las enfermedades inmunodepresivas, como el sida y en ocasiones el cáncer, pero también para curar la toxoplasmosis, una infección parasitaria que transmiten los gatos y que puede perjudicar al feto si las mujeres se contagian durante el embarazo.
En una carta abierta a Turing, la ISDA (Asociación de Enfermedades Infecciosas de América) y el HIVMA (la asociación de médicos) urgieron a la compañía volver a bajar el precio.
“El medicamento para tratar la toxoplasmosis cuesta entre 336 dólares y 634 dólares dependiendo del peso del paciente. Eso demuestra que este aumento no es razonable ni asumible por la población. Además es insostenible para el sistema de salud público”, reza la misiva. A pesar de todas estas quejas y del aumento de la presión social, Martin Shkreli ya ha confirmado que no va a bajar el precio del fármaco.
El del Daraprim no es un caso aislado. Los medicamentos están subiendo en Estados Unidos para enfermedades graves, como el cáncer o la hepatitis C. Ahora esto se está extendiendo a otros medicamentos genéricos, que llevaban un tiempo en el mercado. Es el caso por ejemplo de la Doxiciclina, un antibiótico que pasó de 20 dólares a 1.849 dólares en abril del año pasado.
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